Siempre humilde
“Bueno solamente hay uno: Dios” (Marcos 10:18).
¿Alguna vez has escuchado a un compañero decir en broma las siguientes frases: “¡Soy mejor que tú!”, “Yo puedo hacerlo y tú no” o “Yo lo hago mucho mejor que tú”? ¿Sabes qué está haciendo esa persona? Está presumiendo. Significa que cree que es mejor que los demás.
Eso es lo que le pasó a Pedro. Los discípulos estaban en un bote cuando comenzó una terrible tormenta. Tenían mucho miedo y extrañaban a Jesús. En medio de la noche, vieron a Alguien que avanzaba hacia el bote, caminando sobre el agua. Inicialmente, pensaron que era un fantasma, pero luego se dieron cuenta de que era Cristo mismo. Pedro pidió ir hasta el Señor y, después de recibir la autorización, comenzó a caminar sobre el agua. Mientras mantuvo sus ojos en Jesús, pudo avanzar sobre el agua, pero cuando miró a los discípulos y pensó que era mejor que ellos, comenzó a hundirse.
Está mal pensar que eres mejor que otras personas. Incluso si eres bueno en el fútbol o en un deporte, si tienes facilidad para las matemáticas, si escribes bien o si hablas con calma en público, eso no significa que tengas derecho a presumir y a humillar a los demás. Usa tus habilidades para el bien, y no para exaltarte a ti mismo. Dios es perfecto; el mejor de todos. Sin embargo, nunca humilló a nadie ni se exaltó a sí mismo. Al contrario, entregó a Jesús para que muriera en nuestro lugar. Así que, no lo olvides: