¡Es bueno obedecer!
“Hijos, obedezcan en todo a sus padres, porque esto agrada al Señor” (Colosenses 3:20).
Débora estaba en una tienda del centro comercial con sus padres cuando vio a un niño pequeño que pateaba, gritaba a su madre y lloraba, porque ella no hacía lo que él quería. Esa madre dijo claramente que no le gustaba la forma en que se estaba comportando el niño. Débora escuchó bien cuando la madre del niño dijo:
–No voy a comprarte esto porque no me gusta la forma en que estás actuando conmigo.
La madre lo tenía claro: el hijo había desobedecido, y su comportamiento tendría consecuencias. Después de eso, el niño no dijo ni “pío”.
Débora volvió a casa preguntándose por qué algunos niños actúan de forma tan extraña con sus propios padres. Pensó en ser madre algún día, pero no quería pasar por un momento como el que esa madre había pasado en el centro comercial.
Es fácil pensar lo mismo cuando se ve la desobediencia en los demás. Pero… ¿y nosotros? ¿Y tú? ¿Obedeces cuando tus padres te piden que hagas algo? ¿Lo haces con alegría?
Lo que aprendí: