El miedo a romper esquemas
Antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Gálatas 2:12.
La circuncisión llegó a considerarse como un pasaporte para la salvación. Pablo no se oponía a esta práctica, sino a que obligaran a los gentiles a practicarla con el fin de aceptarlos como cristianos. Cuando Pedro visitó Antioquía de Siria, la primera iglesia gentil, compartió amigablemente con ellos hasta que llegó un grupo judaizante: judíos cristianos que obligaban a los gentiles a practicar rituales judíos antes de aceptarlos. Aunque ya estuviesen bautizados, los judaizantes los consideraban pecadores y evitaban asociarse con ellos. La actitud de Pedro, de cambiar imprudentemente su comportamiento hacia los gentiles cuando llegaron los judaizantes, ponía en riesgo la nueva fe, apoyando la idea de que la muerte de Jesús no era suficiente para la salvación.
Pedro sabía que no había diferencia entre gentiles y judíos conversos. Dios se lo había mostrado en visión: “Vosotros sabéis cuan abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo” (Hech. 10:28). La iglesia había decidido en el concilio de Jerusalén no exigir el cumplimiento de leyes judías a los gentiles conversos (Hech. 15:28, 29). Pero, por miedo al qué dirán, ignoró la voz de Dios y la decisión de la iglesia. Temía ofender a sus compatriotas judíos con su conducta. Su miedo fue superior al temor a Dios. Nunca comprometas la verdad por complacer la cultura o mantener la unidad. El temor a la gente es una trampa peligrosa (Prov. 29:25). Si para complacer una relación de amistad, amor, o trabajo necesitas poner en riesgo tus creencias, estás pisando un terreno peligroso.
Pedro temía que los hermanos judaizantes malinterpretaran su proceder y se opusieran a su liderazgo cuando regresara a Jerusalén. Cedió a la presión, puso en peligro el evangelio y creó división en la iglesia. Por eso Pablo lo acusó de ser hipócrita. El miedo lleva a la hipocresía, a comprometer los principios o a mantener prejuicios culturales o religiosos. ¿Has cedido a presiones sociales por miedo a las apariencias? ¿Has comprometido tus principios por miedo a perder a tus amigos o compañeros de trabajo?
Si es así, es hora de hacer un alto y romper esquemas. La tradición no puede tomar el lugar de la verdad; el evangelio no debe ser estorbado por los prejuicios y preferencias.
Mila gracias a Dios por este Devocional, cuan importante es estar en la brecha, desidido a caminar en el camino de Fé en estos tiempos d tradiciones, es Señor me sustenta al instar a tiempo y destiempo con denuedo su Palabra de Verdad en mi familia . Amén