Como él fue
“¡El Señor! ¡El Señor! ¡Dios tierno y compasivo, paciente y grande en amor y verdad!” (Éxodo 34:6).
“Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos” (Mateo 5:7). Este es un versículo bien conocido de un sermón de Jesús. Pero ¿qué es ser misericordioso? “Amable, piadoso y caritativo” son algunas de las palabras descritas en el diccionario.
El ser humano es, por naturaleza, frío y sin compasión. Pero, la influencia transformadora del Espíritu Santo puede cambiar el corazón de las personas y llenarlas de bondad. Dios es la Fuente de toda bondad y misericordia. Si estamos conectados con él, podremos mostrar amor y bondad a quienes nos rodean.
Dios se deleita en aquellos que expresan amor en actos de bondad hacia sus semejantes. Hay muchas personas infelices por ahí, que sufren enfermedades y otras luchas. Una palabra amable, una mirada comprensiva y pequeñas muestras de afecto traerán alivio y consuelo. Al hacerlo, estamos mostrando la expresión del amor y la misericordia de Dios por la humanidad. Debemos seguir el ejemplo que él nos dejó y dedicarnos a hacer el bien a todos, tal como él lo hizo.
“Los misericordiosos son los que manifiestan compasión por los pobres, los sufrientes y los oprimidos” (El discurso maestro de Jesucristo, p. 26).
“Y en la hora de necesidad final, el misericordioso encontrará refugio en la misericordia del Salvador compasivo y será recibido en las mansiones eternas” (El discurso maestro de Jesucristo, p. 27).