Sé paciente
“Pedimos que él, con su glorioso poder, los haga fuertes; así podrán ustedes soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia, y con alegría” (Colosenses 1:11).
¿Cómo te sientes cuando Internet es lento, el video tarda mucho en cargarse, tu mensaje no se vio de inmediato o el anuncio parece demasiado largo? ¿Te enojas, cambias de canal, haces clic en otro video, vas a un nuevo sitio web o te muerdes las uñas?
La falta de paciencia se ha vuelto cada vez más común. Con los avances tecnológicos, las cosas se han vuelto más fáciles y rápidas, y eso tiene aspectos tanto positivos como negativos. Las personas son cada vez más inmediatistas; es decir, quieren todo de inmediato, no saben esperar.
La paciencia es una característica de Dios y un fruto del Espíritu. Si Dios no fuera paciente con nosotros, estaríamos completamente perdidos. Sin su ayuda, es muy difícil poder perseverar y ser pacientes con las personas o las situaciones. La impaciencia trae ansiedad y evita que una persona disfrute de los buenos momentos de la vida. No tienes que tener tolerancia cero con las personas; al contrario, Dios puede tranquilizarte, enseñarte a esperar, a no apresurarte y a vivir en paz.
Cada vez que sientas que empiezas a impacientarte y a enfadarte, pide al Espíritu Santo que te ayude. De esta manera tendrás más calma para enfrentar los desafíos de la vida.