Un huésped muy especial
¡Cristo viene en las nubes! Todos lo verán, incluso los que lo traspasaron; y todos los pueblos del mundo harán duelo por él. Sí, amén. Apocalipsis 1: 7
Después de inventar la máquina de coser, Elías Howe llegó a ser rico y famoso. Aunque recibió honores de muchas personas importantes y en muchas ocasiones, ninguna podrá igualarse a aquel día de 1828 en que conoció a John Quincy Adams, presidente de Estados Unidos.
Todo sucedió cuando Elías, de nueve años, salió en un viaje de negocios con su padre y se detuvieron a descansar esa noche en el Red Brick Inn.
—¡Tienen suerte! —les dijo el mesonero—. Es la última habitación que me queda. Todas las demás están ocupadas por el presidente Adams y su comitiva.
Durante la cena, Elías mantuvo los ojos fijos en la puerta. «¡No me gustaría perder la oportunidad de ver al presidente!» , pensó.
—Lo siento, hijo —dijo el señor Howe finalmente, poniéndose de pie—. Parece que el señor presidente se ha retrasado. No podemos esperarlo más, puesto que debemos viajar muchos kilómetros mañana.
En pocos minutos el señor Howe se había quedado profundamente dormido mientras Elías permanecía despierto, esperando la llegada del carruaje del presidente. ¡Ah, ahí está! De un salto, Elías abandonó la cama y salió al pasillo. Caminando de puntillas, se acercó al pie de la escalera y se asomó sobre el pasamanos. Los podía oír hablar, pero no alcanzaba a ver al presidente. Se impulsó sobre el pasamanos hasta que los pies le colgaban en el aire. ¡Oh, allí está! ¡Wao, ese es el presidente!
¿Alguna vez has sentido el deseo de conocer a un presidente, primer ministro, rey o reina? ¿Has esperado horas para ver pasar la caravana de automóviles? Si es así, tienes una pequeña idea de lo emocionante que será ver a Jesús, Rey de reyes, viniendo en gloria y majestad. Ese será sin duda un día extraordinario.
¿Y tú? ¿Te estás preparando no solamente para verlo, sino también para irte con él a las mansiones celestiales? «Ya es hora de despertarnos del sueño. Porque nuestra salvación está más cerca ahora que al principio, cuando creímos en el mensaje» (Romanos 13: 11). Hoy puedes avanzar un peldaño más en tu preparación para su venida.