Casitas de pájaros
“Allí el búho hará su nido, pondrá sus huevos y sacará sus crías” Isaías 34:15.
Todos somos diferentes. Algunos somos altos y otros bajitos; algunos somos pelirrojos y otros tienen el pelo castaño, y también vivimos en casas diferentes. Yo, por ejemplo, crecí en una granja y toda nuestra casa era de madera. Las paredes eran muy gruesas porque la casa original la construyeron con troncos.
Los animales también utilizan los mejores materiales para construir sus casas. Dios les dio algo que llamamos instinto y que les hace saber cómo construir el mismo tipo de casas que construyeron sus padres. Los pájaros tejedores amarillos de Sudáfrica hacen algunos de los nidos más insólitos del mundo. Sus nidos están tejidos con juncos y cuelgan en posición vertical entre cañas o ramitas de un árbol. Por fuera son muy rugosos, mientras que el interior está forrado de hierba suave, y los pájaros entran y salen por una abertura en la parte inferior del nido.
Un científico quería saber si los pájaros tejedores que no habían sido criados por sus padres sabrían construir un nido colgante. Así que puso huevos de tejedores en nidos de canarios. Durante cuatro generaciones, es decir, desde sus bisabuelos hasta sus hijos, estos pájaros tejedores fueron criados por padres canarios. Nunca vieron los nidos especiales de juncos con el agujero en el fondo. Recién a la quinta generación de tejedores los pusieron donde estaban los juncos y las hierbas blandas. A estos pájaros se les permitió construir su propio nido y criar a sus polluelos. ¿Adivinas qué hicieron? Juntaron juncos y hierbas, y construyeron un cómodo nido redondo. El nido lo colgaron entre dos juncos y tenía una puerta en la parte inferior.
Los científicos estaban asombrados. ¿Cómo podían saber construir un nido colgante unas aves que llevaban cuatro generaciones sin verlo? Era por instinto. ¿No es Dios un Padre maravilloso al proporcionar el instinto a sus creaciones?
Dee
