La oración y sus condiciones
«Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye» (1 Juan 5: 14).
¿Te imaginas que cada vez que oras, Dios te responde con un mensaje de texto? Sería algo así:
«Hola, hijo mío. Gracias por comunicarte conmigo. Para poder atender tu solicitud, por favor responde las siguientes preguntas: “¿Estás orando conforme a mi voluntad? ¿Estás orando con fe? ¿Estás orando con un corazón limpio? ¿Estás dispuesto a aceptar mi respuesta, sea cual sea?”».
Esto te toma por sorpresa y contestas: «Eh… bueno… esto es un poco complicado…». Entonces Dios te dice: «Lo siento, pero no puedo procesar tu petición si no cumples con los requisitos. Vuelve a intentarlo más tarde. Que tengas un buen día».
¿Te suena familiar? Tal vez no recibas un mensaje de texto literal de Dios, pero a veces sientes que Dios no escucha tus oraciones, o no las responde como quieres. Te preguntas qué estás haciendo mal.
La Biblia nos enseña que Dios es un Padre amoroso que está atento a nuestras necesidades. Sin embargo, también nos muestra que hay ciertas condiciones que debemos cumplir para que nuestras oraciones sean efectivas. No se trata de manipular a Dios o de ganarnos su favor, sino de alinear nuestra voluntad con la suya y de confiar en su sabiduría y poder.
Algunas de esas condiciones son:
Orar conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5: 14-15). Esto implica conocer su Palabra y sus propósitos, y pedir lo que él quiere y no lo que nosotros queremos.
Orar con fe (Mateo 21: 22). Esto significa creer que Dios puede hacer lo que le pedimos y no vacilar entre la esperanza y el temor.
Orar con un corazón limpio (Salmo 66: 18). Esto requiere confesar nuestros pecados y arrepentirnos de ellos, y perdonar a los que nos han ofendido.
Aceptar la respuesta de Dios, sea cual sea (Filipenses 4: 6-7). Esto implica reconocer que Dios sabe más que nosotros y que tiene un plan perfecto para nuestra vida, y agradecerle por lo que hace o permite.
¿Cumples con estas condiciones cuando oras? ¿Qué puedes hacer para mejorar tu comunicación con Dios? Te invito a reflexionar sobre esto y a ponerlo en práctica. Verás cómo tus oraciones se vuelven más poderosas y cómo tu relación con Dios se fortalece.