La trampa del placer
«Los malvados me ponen trampas, pero no me aparto de tus preceptos» (Salmo 119: 110).
Una familia de peces espada se desliza entre las aguas azules y claras del océano. El hijo ve a un pececito en el extremo de una cuerda. «¡Qué suerte! —dice—. Encontré el desayuno servido».
«Ten cuidado —le advierte la madre pez espada—. He oído historias terribles acerca de algunos que se tragaron el desayuno que colgaba de un cordel. Desaparecieron y nadie volvió a verlos jamás».
El hijo responde: «Este es un pez verdadero, y tiene buen aspecto. No puedo desaprovechar una oportunidad como esta. No le veo nada de malo». Se traga el pez, y al instante es arrancado del mar para convertirse a su vez en el desayuno de alguien. El pez de la cuerda estaba unido a un anzuelo.
Muchos se divierten con sus teléfonos inteligentes, los videojuegos o el internet. Sin embargo, no se dan cuenta de que a menudo esas diversiones son una trampa: crean adicción al igual que las drogas. Al saturar sus cerebros con luces, imágenes y estímulos electrónicos, les nublan la mente y les quitan el interés por el estudio, la superación personal o las cosas espirituales. Los adictos a esas diversiones desperdician muchas horas de su vida cada semana. Elena G. de White afirma: «El poder de resistencia, la fuerza y actividad del cerebro pueden disminuir o aumentar de acuerdo con la manera en que sean usados» (Mente, carácter y personalidad, t. 1, p. 110).
¿A qué dedicas tu tiempo? ¿Estás buscando la justicia, el amor y la paz, o estás siguiendo las modas y las tendencias de este mundo? Dios quiere que disfrutes de la vida, pero también que lo honres con todo lo que haces. Él te ha dado talentos, sueños y propósitos que puedes desarrollar si le dedicas tiempo y atención. No te conformes con lo que el mundo te ofrece, pues «el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre» (1 Juan 2: 17).
Hoy te invito a evaluar cómo estás usando tu tiempo y tus recursos. Pídele a Dios que te ayude a escapar de las trampas del enemigo y a vivir una vida plena y abundante en él.