Matutina para Jóvenes, Jueves 05 de Agosto de 2021

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El valor de la responsabilidad

“Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta” (Prov. 20:11).

He trabajado por varios años como maestra de Escuela Sabática y como capellana en el Club de Conquistadores, y en todos ellos he visto cómo muchos adolescentes se convirtieron en jóvenes y en buenos líderes que sirven con mucho esmero a Dios.

Uno aprende muchas cosas a partir de la conducta de las personas, tanto de las conductas buenas como de las malas. Y hoy quiero resaltar una conducta positiva que caracteriza a uno de estos jóvenes que, además de excelente líder, es mi amigo: la responsabilidad.

Cada vez que se le asignaba alguna tarea, Martín la cumplía con prolijidad, puntualidad y responsabilidad. Ya fuera contar la historia del informe de las misiones en la escuela sabática, colocar las banderas antes de que llegaran todos al Club, preparar las fogatas, instruir en las marchas o cualquier otra tarea que se le asignara, uno podía confiar ciegamente que la haría bien, a tiempo y a conciencia. Muchas veces era el primero en llegar y el último en irse.

Pude ver cómo Dios lo bendecía en sus estudios y lo ayudaba a organizarse con su tiempo, de manera que pudiera cumplir con sus compromisos. Enseguida lo eligieron para ocupar un puesto de confianza, y lo contrataron para trabajar incluso antes de graduarse.

Solemos dar por sentado que una persona actuará así, pero la verdad es que no es tan fácil encontrar gente con esa cualidad. Es cuando las cosas fallan y esas personas faltan, nos damos cuenta de los huecos que quedan.

“Si hubo alguna vez un tiempo en que fuese necesario comprender nuestra responsabilidad, es ahora, cuando la verdad está caída en la calle y la rectitud no puede entrar. Satanás ha bajado teniendo gran poder, para obrar con todas las seducciones de injusticia en aquellos que perecen; y todo lo que es susceptible de ser removido lo será; solamente subsistirán aquellas cosas que no puedan serlo. El Señor vendrá; estamos entrando en escenas de calamidades. Los agentes de Satanás, aunque invisibles, se esfuerzan por destruir las vidas humanas. Pero si nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, contemplaremos su gracia y su salvación” (El colportor evangélico, p. 17).

La responsabilidad, cualidad que nos debe caracterizar en todos los ámbitos de la vida, debe estar presente de forma especial a la hora de encarar la misión y la verdad que tenemos para compartir.

Ojalá nos conozcan por nuestros buenos hechos; ojalá seamos dignos de confianza e hijos responsables de Dios.

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