Todo viene de Dios
«Pues, ¿quién soy yo y qué es mi pueblo para que seamos capaces de ofrecerte tantas cosas? En realidad, todo viene de ti y solo te damos lo que de ti hemos recibido» (1 Crónicas 29:14).
¿ALGUNA VEZ HAS ANALIZADO CÓMO SE RELACIONAN TUS HÁBITOS de consumo con tus valores y principios? Las investigaciones han demostrado que los estudiantes que consumían menos productos debido a su preocupación por el exceso de residuos en el medio ambiente eran más felices que los que simplemente compraban productos más «ecológicos».
¿Piensas en este asunto o solo te preocupa tener ropa de marca, los mejores zapatos y equipamientos tecnológicos de última generación? Adoptar una postura más consciente ante el consumo es esencial, sobre todo cuando comprendemos que nuestra función se limita solamente a administrar y cuidar los bienes que Dios bondadosamente nos dio. ¿Tienes un plan de diezmos y ofrendas? ¿Qué tal si reflexionamos un poco más sobre este tema?
Saber que lo que tenemos pertenece a Dios debería llevarnos no solo a pensar mucho antes de comprar algo, sino a ser más generosos, especialmente en relación con la predicación del evangelio.
Antes de comprar algo, piensa si realmente lo necesitas. Gasta tu dinero de forma equilibrada y no actúes por impulso. Pide hoy a Dios que te ayude a utilizar con conciencia los bienes que él bondadosamente te ha dado y a ser fiel en la devolución de lo que siempre le ha pertenecido. Al fin y al cabo, ¡todo lo que tenemos y somos viene de Dios!
¡PIENSA ANTES DE COMPRAR!