El brillo correcto
«Ellos le entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían y los aretes que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró» (Génesis 35:4).
EN 2015, INVESTIGADORES BRASILEÑOS REALIZARON UN ESTUDIO con 437 mujeres para identificar las motivaciones de la compra de joyas y el comportamiento de uso. Cuando se les preguntó por la motivación de compra, el 94.5% de las participantes presentaron la belleza como la razón principal. Para el 33.4% de las mujeres entrevistadas, las joyas les evocaban el lujo, y al 70% les gustaba la sensación de poseer las piezas.
En general, el uso de joyas se asocia a la vanidad. Además, su origen es pagano. Para los pueblos antiguos, las joyas estaban directamente relacionadas con sus creencias y mitología. En Génesis 35:4, vemos que el uso de accesorios se asocia a la idolatría. El reavivamiento que Jacob lideró en su familia tuvo como acción principal el abandono de los ídolos y de las joyas. Como hijos de Dios, nuestra apariencia debe regirse por el principio bíblico de la modestia, la decencia y la discreción. El cristiano debe «vestir sencillamente y abstenerse de ostentar joyas y adornos de toda clase» (Joyas de los testimonios, T. 1, p. 350).
Por lo tanto, la cuestión no se refiere solo a las joyas. Debemos tener cuidado con todo lo que tiene como objetivo llamar la atención sobre uno mismo. Siendo sinceros sobre nuestras motivaciones al vestir o usar cualquier accesorio, podemos evaluar mejor si el centro somos nosotros o si queremos que las personas vean a Jesús a través de nosotros. Recuerda, ¡TODAS LAS DECISIONES DE LA VIDA DEBEN TOMARSE BASANDONOS EN LA PALABRA DE DIOS Y NO EN OPINIONES HUMANAS!
Pídele a Dios ser un instrumento para revelar su gloria a los demás. ¡Que la luz de Cristo brille a través de ti!