Matutina para Jóvenes | Viernes 28 de Febrero de 2025 | ¿Qué harás por tu iglesia?

Matutina para Jóvenes | Viernes 28 de Febrero de 2025 | ¿Qué harás por tu iglesia?

¿Qué harás por tu iglesia?

“Por medio de él, todas las partes del cuerpo están ligadas y se mantienen unidas. Cada parte cumple su función y así todo el cuerpo crece y se fortalece por el amor” (Efe. 4:16)

Como resultado de la vigésima enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, a partir de 1933, y cada cuatro años, el 20 de enero marca el inicio y final de los mandatos presidenciales de dicho país. El 20 de enero de 1961, John Fitzgerald Kennedy prestó juramento como trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos.

En su discurso luego de jurar como presidente, John F. Kennedy pronunció las famosas palabras: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país”. Estas palabras tenían la intención de motivar a los ciudadanos estadounidenses a la acción. Tal vez te preguntes: “¿Y eso qué tiene que ver conmigo?”. Bueno, ¿qué te parece si tomamos esta porción del discurso de Kennedy y sustituimos la palabra “país” por “iglesia”? La frase quedaría de esta manera: “No preguntes lo que tu iglesia puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu iglesia”.

He conocido a muchas personas que consideran la iglesia como un club, donde pagan una membresía para disfrutar de una programación de calidad. Sin embargo, cuando sus expectativas no se cumplen, expresan quejas y críticas, argumentando que la iglesia “no hace nada bien”. Puede que te preguntes, “Pero Jorge, ¿no debería la iglesia cuidar y sostener a sus miembros?”. La respuesta es un rotundo “sí”. No obstante, no podemos pasar por alto que en el texto bíblico de hoy, Pablo señala que también es responsabilidad de cada miembro contribuir al crecimiento del cuerpo en su conjunto.

Después de haber leído lo que Pablo escribió sobre la iglesia, ya no la veo como un lugar donde voy a recibir algo, sino como un lugar donde voy a darlo todo por mi Señor. Tú y yo, y todos los que formamos parte de la iglesia tenemos la oportunidad de contribuir con el crecimiento de cada uno de sus miembros mediante nuestro tiempo, recursos e influencia. Además, cada vez que asumimos una responsabilidad para dar y ayudar a otros a crecer, también crecemos y nos desarrollamos nosotros mismos. Hoy pregúntate: “¿Qué puedo hacer para que mi iglesia sea un lugar mejor?”.

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