
Actos de bondad
“No se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello. Escríbelas en las tablas de tu corazón” (Proverbios 3:3, RVA-2015).
Aba descubrió el profundo impacto de los pequeños actos de bondad. A través de su esfuerzo planificado por difundir amor y generosidad, se dio cuenta de que incluso los gestos más sencillos pueden contagiar la positividad y hacer una diferencia duradera en la vida de las personas. Una sonrisa, una mano amiga, una palabra de aliento: estos son los chispazos que expandieron olas de bondad en su comunidad y más allá.
La bondad puede –y debería– ser un estilo de vida. Cuando la bondad se convierte en tu forma de vivir, no solo bendices a otros, sino que también experimentas la alegría de dar. Al mismo tiempo, vivir la generosidad sin esperar nada a cambio puede transformar tu vida. Lucas 6:35 nos anima a prestar sin esperar reembolso; así, la recompensa que Dios nos dará será grande. La verdadera generosidad brota de un corazón que desea hacer del mundo un lugar mejor.
Las palabras y los gestos amables pueden elevar el ánimo de otra persona. Proverbios 16:24 dice: “Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo”. Tienes el poder de inspirar y elevar a quienes te rodean.
Los actos de bondad tienen el poder de transformar vidas y crear un efecto expansivo de positividad. Vive la bondad como un estilo de vida, practica la generosidad sin expectativas, anima a los demás y observa cómo tus pequeños actos hacen una gran diferencia en el mundo.
Oración: Enséñame, oh Dios, a ser un instrumento de tu bondad. Ayúdame a mostrar amor y generosidad sin esperar nada a cambio y a ser una fuente de aliento para otros.