Matutina para Adolescentes | Miércoles 02 de Abril de 2025 | Renueva nuestras fuerzas

Matutina para Adolescentes | Miércoles 02 de Abril de 2025 | Renueva nuestras fuerzas

Renueva nuestras fuerzas

“Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil” (Isaías 40:29).

Piensa en la vida como un camino que recorres a pie. Algunas etapas son llanas y otras son subidas que parecen no tener fin. En esos momentos de subida, cuando sientes que tus piernas y tu aliento se agotan, es cuando más necesitas recordar que tienes a Alguien que te puede dar un impulso. Dios promete en Isaías 40:29 que nos dará la fuerza que necesitamos, justo cuando más la necesitamos, como una nueva ayuda que llega en el momento preciso.

Cuando te sientes al límite, como si tu energía espiritual estuviera parpadeando en rojo, es hora de conectarte con la única Fuente de poder que no se agota. Un momento de oración puede ser como conectar tu espíritu a un cargador potente. Unas pocas palabras sinceras, un desahogo del alma, pueden hacer que tu corazón recupere el ritmo.

La Palabra de Dios es como ese refrigerio en medio de una larga carrera. No necesitas devorar un banquete; a veces un versículo, una promesa, una palabra puede ser el “aperitivo” que te dé las fuerzas para seguir adelante. Es el agua que refresca y la energía que revitaliza.

¡Y no olvides cuidar de ti mismo! Al igual que un atleta no descuida su alimentación o su descanso, tú también debes atender tu bienestar espiritual. Encuentra tiempo para ti, para reconectar contigo y con Dios. En esos momentos de pausa y reflexión, puedes descubrir una fuerza nueva que te estaba esperando.

Así que, cuando la ruta de la vida se ponga cuesta arriba, no desesperes. Dios te ha equipado con todo lo necesario para seguir adelante. Él promete renovar nuestras fuerzas y hacernos volar alto como las águilas. Con cada paso, aunque pequeño, recuerda que estás avanzando. Y cada pequeño avance es una victoria. Con fe, paciencia y la fuerza que viene del Cielo, no solo alcanzarás la cima, sino que continuarás el viaje con la certeza de que nunca estás corriendo solo.

Oración: Gracias, Padre, por ser mi fuente de fortaleza.

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