¿Por qué Dios no contesta mis oraciones?
“Padre mío, si es posible, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Mateo 26:39).
Marca la respuesta correcta
- Porque no me oye.
- Porque no me porto bien.
- Porque pido lo que no me conviene.
¿Por qué oramos? ¿Alguna vez te lo has preguntado?
La primera razón por la que oramos es porque Dios es nuestro Padre celestial y se alegra de que hablemos con él de todo lo que nos pasa y nos interesa. ¿A tu mamá o a tu papá siempre le cuentas lo mismo? No, ¿verdad? Le hablas con respeto y le cuentas lo que te sucede cada día, lo que te preocupa… Pues a nuestro Padre celestial también le gusta escucharnos.
La segunda razón para orar es para darle las gracias por todo lo que nos da y todo lo que hace por nosotros. No hay nada más feo que ser desagradecido. Dios se pone contento cuando le das las gracias.
La tercera razón por la que oramos es porque muchas veces necesitamos ayuda y él, como nuestro Creador, es el único que tiene el poder para hacerlo. Él nos conoce bien, pero quiere que le digamos de forma sincera qué queremos o necesitamos.
Pero… tu papá o tu mamá ¿te dan siempre todo lo que pides? No siempre, ¿verdad? Porque si pides muchos dulces, mamá sabe que te pondrás enfermo y ella no quiere que te ocurra nada malo. Pues Dios no te da todo lo que pides por esa misma razón. Pero Dios siempre te escucha y contesta tu oración, lo que pasa es que a veces él sabe que no te conviene lo que pides o que es una petición egoísta.
Te voy a dar un consejo, cuando le pidas algo a Dios recuerda decir estas palabras: “si es tu voluntad”, es decir, “lo que quieres tú”, como hizo Jesús (puedes leerlo en el versículo de hoy).
¿Confías en que Dios te contestará siempre con lo que sea mejor para ti? Entonces ora en tu Diario de Oración y di las palabras que dijo Jesús: “Que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” y en su momento él te contestará.