Fe al comenzar la semana
«Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos». Efesios 3: 20
A mis hijas, Emily y Melissa, les encantan los animales. Sueñan con tener algún día un refugio para perritos, gatitos, y otros animales. En nuestra familia hemos cuidado gatos, pájaros, gusanos, y caracoles; y hemos rescatado arañitas de ser aplastadas, sacándolas afuera por la ventana. Hace un tiempo, mis hijitas encontraron una cachorrita abandonada. Les dije que la trajéramos a casa para darle de comer, y decidimos quedárnosla hasta que encontráramos un hogar para ella. La llamamos Mía. Le hicimos fotos y las publicamos en nuestras redes sociales, la ofrecimos a varias familias amigas, pero nada. Una señora me contactó para llevarse a Mía. Felices, acordamos un momento de encuentro, pero nunca llegó.
Habían pasado dos semanas. Nosotros ya teníamos una perrita, y las dos juntas se alborotaban mucho. Al hacer nuestro culto familiar, les dije a mis hijas: «Chicas, oremos con fe para que Mía sea adoptada antes de que termine esta semana». Y así lo hicimos. Oramos cada día, en cada oración, para que nuestra perrita invitada pudiera tener un nuevo hogar.
Mis hijas estaban llenas de fe. Pero Mía aún seguía con nosotros… El viernes por la tarde llamó una jovencita preguntando por Mía. Le contesté enseguida, ofreciéndole llevar a la cachorrita a su casa. Y no me dijo nada más… Otra vez nos quedamos tristes. ¿Contestaría Dios nuestra oración con un «sí»? El sábado por la tarde, me escribió la misma señorita, diciéndome que vendría a ver a Mía a las 17:30 de la tarde. ¿Querría adoptarla? ¡Qué nervios! Llegó a las 17:45 adonde habíamos quedado en encontrarnos. Vio a Mía, la quiso y se la llevó para darle un hogar permanente. Emily, Melissa y yo nos quedamos un momento para orar, agradeciendo a Dios por honrar nuestra débil fe, cumpliendo en darle un hogar a Mía, ¡quince minutos antes de que acabase la semana!
¿Crees que Dios es grande y poderoso? ¿Crees que puede hacer más de lo que pedimos o esperamos? Si lo crees, si lo pides con fe y lo esperas, Dios honrará tu fe, así como honró la nuestra años atrás.