El pastor muestra el camino
«Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre». Salmo 23: 3, RV95
Crecí en un hogar donde teníamos muchos animales. Una variedad de aves que nos tocaba asear y alimentar cada día. Poseíamos perros, tortugas y, a pesar de tener aves, también teníamos gatas; estas parían cada año, por lo que éramos dueños de la colección de gatos más grande de la zona. Más de una vez nos mandaron a echar a la calle una camada de gatos. Los colocábamos en una caja y los llevamos bien lejos de la casa para dejarlos abandonados en un sitio remoto. Pero quedábamos sorprendidos porque al regresar, ya los gatitos que habíamos dejado abandonados estaban de vuelta. Llegaban primero que nosotros a la casa. Los gatos, al igual que los perros, tienen un sentido de orientación muy desarrollado.
Lamentablemente no sucede lo mismo con las ovejas, que carecen casi por completo de sentido de orientación. Si una oveja se pierde y el dueño no la busca, sencillamente se queda perdida porque no tiene la capacidad de regresar a casa sola. La oveja tiene una visión muy corta. Solo puede ver entre unos 9 y 13 metros aproximadamente. Los campos de Palestina estaban cubiertos de estrechos senderos por los cuales los pastores llevaban a pastar a sus ovejas. Algunos de estos conducían a un precipicio en el cual la inocente oveja podía caer y encontrar la muerte. Otros de estos caminos conducían a algún callejón sin salida. Pero había otros que conducían a pastos verdes y aguas tranquilas. Por eso, las ovejas debían seguir al pastor, pues él sabía adónde debía ir el rebaño.
Cuando Gloria conoció a Jesús en la Iglesia Adventista habló con su familia para comunicarle la decisión que quería tomar de entregarle su vida al Salvador y bautizarse para ser miembro de la iglesia. Sus hermanas y todos sus familiares fueron claros con ella. Le dijeron que no estaban de acuerdo con que ella pusiera a un lado la tradición familiar. Dijeron que era una vergüenza para toda la familia. La pusieron a escoger entre la iglesia y ellos. No fue fácil para Gloria dejar a su familia, pero decidió entregarse en las manos del Señor Jesús y confiar en él. La familia del pastor la recogió en su casa después del bautismo y Gloria vivió con ellos, estudió con el apoyo de la iglesia y finalmente llegó a ser una comerciante dueña de su propio negocio.
@Dios te dice hoy: «No importa lo difícil que parezca el camino, déjame ser tu guía, yo sé lo que es mejor».
