Nada que temer
«El Señor está conmigo; no tengo miedo. ¿Qué me puede hacer el hombre?». Salmo 118: 6
El miedo es un terrible enemigo de la paz que poco a poco se ha ido apoderando de la mente de la gente, especialmente en estos últimos años. Realmente el panorama mundial es poco alentador, y negros nubarrones se ciernen sobre el destino de este sacudido mundo. Como hijos de Dios, llamados a estar firmes en el tiempo de angustia que se avecina, necesitamos una actitud fuerte y firme como la que deja ver el texto de hoy. La actitud cuenta, apreciados jóvenes, en la lucha por obtener el éxito en todo lo que iniciamos y en el cumplimiento de nuestra misión.
Se hizo un experimento con ratas para medir el poder de la actitud. Los investigadores querían ver cuánto afectaba la actitud su voluntad de vivir. Pusieron una rata en una bañera grande con agua, tenía bordes altos para que no se saliera, pusieron la bañera en un lugar oscuro y comenzaron a cronometrar para ver cuánto tiempo nadaría la rata antes de darse por vencida. Solo aguantó tres minutos. Pusieron otra rata en la misma bañera, pero esta vez dejaron que un rayo de luz entrara a la habitación. Algo impresionante ocurrió, la rata nadó más de 36 horas. Setecientas veces más que la otra que estaba en oscuridad. ¿Por qué? La rata que no tenía luz no tenía esperanzas. Cuando miraba hacia adelante solo veía oscuridad, no había razón para seguir nadando. Se necesita luz para triunfar, para salir adelante.
¿Alguna vez te has sentido como la rata del experimento, nadando incansablemente sin un aparente objetivo, luchando por tu vida, por tus sueños y por tus ilusiones sin saber qué te depara el destino? Necesitas luz para seguir luchando. Y esa luz proviene de Cristo y de la Palabra de Dios. Muchos no creen que Dios tiene el control de todo y, por lo tanto, pierden la pasión y el entusiasmo. Por eso, necesitamos a Dios en nuestra vida, lo necesitamos a nuestro lado como amigo, como socio, como el piloto que nos ha de conducir por los senderos de esta vida peligrosa.
Si lo tienes a él, cuando lleguen los momentos de dificultad no tendrás nada que temer, porque podrás recordar que el Creador del universo dirige tus pasos, te tiene en la palma de su mano y, con él, las cosas son diferentes. Que @Dios te bendiga en este nuevo día. Procura su compañía y olvídate del temor.