La magia de Shazam
“Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a semejanza de Dios mismo” (Gén. 5:1, NVI).
Quizá te pasa como a mí, que cuando comienzo a tararear una melodía y no reconozco de quién es, o cuando quiero recordar una parte de una canción y no puedo hacerlo, me quedo intranquila. Para personas con ese pequeño grado de obsesión –o alto grado de olvido–, existen aplicaciones como Shazam. Esta aplicación nos permite saber qué estamos escuchando. Alcanza con reproducir un fragmento de la canción para que Shazam la identifique y nos proporcione la tan necesaria información. Hace esto por medio de la creación de una huella digital única que compara lo que escuchamos con millones de otras canciones en su base de datos.
Un amigo, que es ingeniero en sistemas, me explicaba los algoritmos necesarios para ese tipo de plataformas, cómo funcionan esas bases de datos y cómo utilizan los patrones repetidos para reconocer todo fácilmente en cuestión de milisegundos. Lo que para mí resultaba una ciencia inexplicable, él me explicó que consta de un proceso bastante sencillo.
En su perfil “Construyendo pilares”, mi hermana, que es psicopedagoga y ávida lectora, compartió una lista de diez rasgos de madurez espiritual, extraídos de algunas lecturas que hizo. Estos son: tener una relación trascendente con algo más grande que uno mismo, desarrollar un estilo de vida y conducta coherentes y consistentes con los valores espirituales de uno, comprometerse sin tener certeza de todo, apreciar la diversidad espiritual sin temerle, luchar contra la tendencia egocéntrica de uno, creer que tanto la razón como la emoción son esenciales para el desarrollo de la vida humana, preocuparse por los otros y ser solidario, ser tolerante y gozarse con las pequeñas bendiciones de la vida, tener conciencia de la realidad del mal y del sufrimiento, y ser compasivo y dejar espacio tanto para las creencias tradicionales como para las interpretaciones privadas.
¿Puedes identificarte con alguna de estas? Si alguien pensara en esas cualidades, ¿pensaría inmediatamente en ti en cuestión de milisegundos?
La “magia” de Shazam puede aplicarse a nuestra vida también. Podemos ser ese fiel e inmediato reflejo de la imagen de Dios. ¡Alimentemos nuestra base de datos hoy! Muchos necesitan recordar una melodía olvidada…
