Domingo 19 de Diciembre de 2021 | Matutina para Jóvenes | El heka, el nekhakha, la corona y los zorros

El heka, el nekhakha, la corona y los zorros

“Pero te he dejado con vida precisamente para mostrarte mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra” (Éxo. 9:16).

“Levante la cabeza, princesa, que se le va a caer su corona”. Esta frase, cuyo autor desconozco, podría interpretarse de diferentes maneras. Quizá ya la leíste o escuchaste en diferentes contextos. Pero hay algo interesante respecto a la forma en que muchas veces nos desanimamos, agachamos la cabeza y olvidamos que somos hijos del Rey del universo. En ocasiones, otras personas nos hacen olvidar nuestro valor o intentan desanimarnos con comentarios o actitudes. Puede ser un jefe, un padre, una pareja, un amigo, etc.

Pero la Biblia nos muestra una y otra vez cómo Dios se encargó de exaltar a sus siervos en momentos en que parecía que iban a ser más humillados.

Faraón, con su heka y nekhakha cruzados sobre su pecho, en señal de poder y absoluto dominio (que a los ojos terrenales era cierto) estaba empecinado en impedir la salida del pueblo de Dios de Egipto.

Pero Dios usa hasta a sus enemigos para mostrar su poder, y esto fue lo que le mandó decir a Moisés. 

Hoy está dispuesto a hacer lo mismo por nosotros. Él “quita reyes, y pone reyes […]. Él revela lo profundo y lo escondido” (Dan. 2:21, 22).

Si algún enemigo quiere subestimarte o frenar los planes divinos, si algún enemigo parece estar ganando la batalla, confía en Dios, en su providencia, en su poder y en el cumplimiento de sus promesas.

¿Y los zorros? Los “zorros” que roban las viñas, como lo menciona la sulamita en Cantares, van a querer siempre merodear y robar nuestro gozo, van a interponerse en nuestra relación íntima con Dios y en los planes que él tiene para nuestra vida.

Si hay algún tipo de opresión que no entiendes, ya sea económica, política o emocional, confíasela a Dios y pide que estas personas que él está dejando con vida cumplan su voluntad y formen parte de su plan… aunque sea sin saberlo.

¡Dios es bueno siempre y su nombre será proclamado por toda la tierra! Como acompañó a Moisés, nos acompañará a ti y a mí hasta ese día glorioso.

Te invito a que levantes la cabeza hoy, con Isaías 60:1 al 3 en mente.

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