Domingo 24 de Abril de 2022 | Matutina para Jóvenes | Paz en Jesús

Domingo 24 de Abril de 2022 | Matutina para Jóvenes | Paz en Jesús

Paz en Jesús

«Por eso también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, sufrió fuera de la puerta de la ciudad». Hebreos 13: 12, NVI

El teléfono sonó en la casa del pastor. Levantó el auricular y tras identificarse se puso a la orden de quien llamaba. Pero nadie contestó. Solo un pesado silencio al otro lado. Después de colgar, aquel hombre de Dios sintió la impresión de que algo grave estaba ocurriendo. Se acercó a su esposa y le comentó lo ocurrido. Ella le preguntó si en ese momento le había venido a la mente alguna persona. Él mencionó el nombre del esposo de una feligresa.

—Entonces, es mejor que vayamos a casa de esa familia inmediatamente —dijo la esposa.

Tomaron el vehículo y se dirigieron a la casa de quien posiblemente había hecho la llamada. Cuando estaban entrando a los predios de la finca de aquella familia, una ambulancia pasó a gran velocidad en sentido contrario, haciendo sonar la sirena. Se detuvieron por un momento al lado del camino para tratar de ver algo, pero no fue posible. Se acercaron entonces a la casa y allí se enteraron de la terrible noticia. El padre de aquella familia se había suicidado. Después se supo que había estado luchando con varias situaciones difíciles: se había alejado de Dios y se había enredado con una mujer que no era su esposa. Al final, abrumado por la culpa, creyó que el suicidio era la solución.

«Es imposible que escapemos por nosotros mismos del hoyo de pecado en el que estamos sumidos. Nuestro corazón es malo, y no lo podemos cambiar […]. La educación, la cultura, el ejercicio de la voluntad, el esfuerzo humano, todos tienen su propia esfera, pero no tienen poder para salvarnos. Pueden producir una corrección externa de la conducta, pero no pueden cambiar el corazón; no pueden purificar las fuentes de la vida. Debe haber un poder que obre desde el interior, una vida nueva de lo alto, antes que el hombre pueda convertirse del pecado a la santidad. Ese poder es Cristo. Únicamente su gracia puede vivificar las facultades muertas del alma y atraer esta a Dios, a la santidad» (El camino a Cristo, pp. 27, 28).

¿Por qué será que insistimos en luchar solos contra nuestras debilidades y nuestros problemas? ¿Por qué nos cuesta tanto comprender que Cristo ya venció por nosotros y que la mejor manera de vencer es permanecer unidos a él?

Hoy @Dios te dice: «No te dejes abrumar por los problemas, mi Hijo murió para darte vida y paz interior».

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