Domingo 26 de Junio de 2022 | Matutina para Jóvenes | Ante el Maestro

Ante el Maestro

«Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”». Lucas 18: 40, 41

La Biblia está llena de personas que se negaron a dejar de insistir, personas persistentes. El ciego que menciona el pasaje de hoy fue una de esas personas. Él fue sanado porque se negó a desprenderse de su necesidad. Esta era real, estaba allí y según lo que había escuchado de Jesús, la solución estaba en el Maestro de Galilea y este ciego no estaba dispuesto a renunciar a ella. Así que gritó, gritó con todas sus fuerzas, como si no hubiese mañana. Y cuando estuvo frente a Cristo, le pidió que lo sanara.

Dios siempre responde al clamor de su pueblo, pero es necesario que haya un clamor, hemos de procurar que nuestra oración supere el tono con que se expresa la angustia, la falta de esperanza, la desilusión, la pobreza, la falta de oportunidad, la muerte. A Dios le agradan las personas que piden. Pedir lo que necesitamos o deseamos de Dios es un principio fundamental de nuestra relación con él como Rey y Señor de todo. Elena G. de White escribe que: «Todos los que sienten su necesidad de Cristo, como el ciego Bartimeo, y quieren manifestar el fervor y la determinación suyas, recibirán como él la bendición que anhelan» (Hijos e hijas de Dios, p. 128).

Maribel me enseñó que, cuando acudimos a la presencia de Dios, todo es posible. Ella siempre dijo que sería médica, pero era pobre. Cada día la veía pasar con una maleta llena de libros, siempre la escuchaba contar sobre su sueño en todas partes:

—Voy a ser médica, y usted puede ayudarme a alcanzar mi sueño, comprándome un libro —decía.

Era una mujer de convicción y oración. La dejé de ver y, por alguna razón, pensé que se había dado por vencida. La siguiente vez que la vi, era médica y estaba casada con un médico. Hoy vive en los Estados Unidos.

El ciego del relato tenía un sueño: ver. Maribel tenía un sueño: ser médica. Ambos lograron sus sueños porque se encontraron en la presencia de Jesús. ¿Dónde te encuentras tú al iniciar este día? Hoy @Dios te invita: «Ven a mi presencia, allí tus sueños se pueden hacer realidad».

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