Jesús cuando fue niño
“Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52).
Si queremos hablar de la excelencia, Jesús es nuestro ejemplo máximo. La Biblia da pocos detalles respecto a su infancia y adolescencia. Acerca de su infancia dice: “Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” (Luc. 2:52). También encontramos la historia de lo que sucedió cuando tenía doce años y viajó con su familia de Nazaret a Jerusalén, a la celebración de la fiesta de la Pascua. Allí, mostró su excelencia ya que estuvo en el templo con los maestros. ¡Ellos se asombraron de todo el conocimiento que Jesús tenía de Dios y de la Ley a su tierna edad!
En el libro El Deseado de todas las gentes encontramos más información acerca de la infancia y la adolescencia de Jesús.
La Biblia dice que él fue perfecto, y no tuvo pecado. Sin embargo, desde niño vivió rodeado de conflictos y tuvo que mantenerse firme a pesar del rechazo de su propia familia.
La madre de Jesús le enseñó las Escrituras desde pequeño. Allí aprendió a discernir entre lo bueno y lo malo. Tenía una conciencia sensible a lo que agradaba a Dios y deseaba hacer su voluntad en todo momento. También era firme en sus principios, ¡firme como una roca! Desde pequeño, Jesús se preocupaba por los necesitados. “Obraba para aliviar todo caso de sufrimiento que viese. […] Mientras aliviaba sus sufrimientos, asociaba con sus actos de misericordia las verdades que enseñaba, y así quedaban grabados en la memoria. […] Había algunos que buscaban su compañía, sintiéndose en paz con su presencia” (DTG 66, 68).
Sus hermanos lo rechazaban y sentían envidia de él por ser como era. Elena de White comenta: “Todo esto desagradaba a sus hermanos. Siendo mayores que Jesús, les parecía que él debía estar sometido a sus dictados. Lo acusaban de creerse superior a ellos, y lo reprendían por situarse por encima de sus maestros, sacerdotes y príncipes del pueblo. Con frecuencia lo amenazaban y trataban de intimidarlo; pero él seguía adelante, haciendo de las Escrituras su guía” (DTG 66).
Ellos no comprendían realmente cómo amar a Dios y cómo vivir para agradarlo. Pero a pesar de toda la oposición, Jesús se mantuvo fiel, haciendo de la excelencia su meta constante. ¿Quieres hoy ser como Jesús?
Nina
