Jueves 03 de Febrero de 2022 | Matutina para Adultos | La compasión en dos palabras

La compasión en dos palabras

“Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo” (Gálatas 6:2, NVI).

¿Qué significa la verdadera compasión? Significa que no solo sentimos el dolor ajeno, sino además hacemos algo para aliviarlo.

Un buen ejemplo de la verdadera compasión lo encontramos en una experiencia que vivió el conocido autor Tony Campolo. Cuenta él que un día estaba en su oficina cuando su madre le avisó que había muerto una amiga de la familia, la Sra. Kilpatrick. Cuando Tony era todavía un niño, esta señora le había brindado mucho cariño, y se había preocupado por llevarlo a museos y conciertos musicales. Así que Tony fue a la funeraria, pero para su sorpresa solamente estaba en la sala una anciana. Entonces Tony se acercó al ataúd y dio una rápida mirada al cadáver. ¡Era el de un hombre! Sin lugar a dudas, estaba en el funeral equivocado. Ya se iba, cuando la anciana lo tomó del brazo y, con una expresión de dolor en su rostro, le dijo:

–Era tu amigo, ¿verdad?

De inmediato, Tony se dio cuenta de que estaba en aprietos. ¿Le diría que él había llegado ahí por accidente? ¿O le mentiría, para que ella no pensara que su esposo había muerto sin amigos? Tony optó por lo segundo.

–Su esposo era un buen hombre –le dijo.

Ese día Tony acompañó a la ancianita durante todo el servicio fúnebre. Fue con ella al cementerio y regresó con ella a la funeraria, pero ya no pudo ocultar más la verdad. Le dijo que quería ser su amigo, pero para poder serlo debía decirle la verdad.

–Yo no conocía a su esposo. Llegué a su funeral por accidente.

–Nunca sabrás –respondió ella, mientras apretaba su mano con fuerza – lo mucho que tu presencia ha significado hoy para mí.

Cuenta Tony que ese día, mientras iba de regreso a casa, lo embargó un sentimiento de gozo, y con razón. No solo lo había conmovido el dolor de la viuda, sino además había hecho algo para aliviar su tristeza. Entonces a su mente vino nuestro texto para hoy: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo” (You Can Make a Difference, p. 19).

Cerca de ti y de mí hay gente que está sufriendo. ¿Nos limitaremos a sentir pesar por ellos o haremos algo para aliviar su dolor? Al aliviar sus cargas, no solo estaremos cumpliendo la ley de Cristo; también estaremos imitando su ejemplo.

Querido Jesús, abre mis ojos para percibir el dolor ajeno, y dame un corazón compasivo como el tuyo para hacer algo al respecto.

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