Matutina para Adolescentes, Domingo 01 de Agosto de 2021

Anna Knight – parte 5

“Cuando te llamé, me respondiste, y aumentaste mis fuerzas” .

(Salmo 138:3)

Anna se encontraba en una vieja cabaña de madera en la granja de su tío. El techo era bastante sólido y habían construido dos bancos con troncos para que los estudiantes se sentaran. Había una silla y una mesa de fabricación casera para la maestra. Tras graduarse de enfermera, Anna había regresado a su ciudad natal, donde le habían dado la bienvenida, dejando todo resentimiento atrás. Ahora, una de las primeras cosas que estaba haciendo era abrir una escuela para niños. Mujeres y niños recogían algodón en la hectárea y media de plantación que ella había plantado, y lo vendían para apoyar esta causa educativa. Casi todos estaban orgullosos de la nueva escuela: había sido un esfuerzo comunitario.

Anna enseñaba cada domingo en dos lugares diferentes que se encontraban a 10 kilómetros de distancia entre sí. También enseñaba a adultos a leer y escribir, matemáticas y un estilo de vida sano. Pero a los destiladores locales no les gustaba lo que ella enseñaba sobre el whisky; por eso la amenazaron y ella tuvo que llevar consigo siempre un revólver.

Un domingo en la tarde, camino a la escuela, vio en la distancia a varios hombres. Ella iba a caballo y ellos habían cerrado el paso. No había escapatoria. Anna decidió avanzar como si no los hubiera visto y, de repente, aflojó las riendas y golpeó al caballo en los costados para huir velozmente de allí. Los hombres comenzaron a dispararle, pero Anna y su caballo pudieron escapar ilesos. Finalmente, cuando estuvieron a salvo, Anna le dio unas palmaditas al caballo para que desacelerara y siguieron el camino con calma.

La segunda clase del día apenas comenzaba cuando tres de aquellos hombres, ahora borrachos, entraron al salón y se sentaron en la parte de atrás. Luego de una confrontación salieron del aula, pero Anna vio que se escondieron en el bosque. Cuando terminaron las clases, Anna se fue a casa pero dos familiares de ella se quedaron vigilando el local. Cuando aquellos hombres regresaron, los familiares de Anna los obligaron a huir. Después de aquella experiencia, se asignaron guardias para que vigilaran la escuela durante las noches, poniendo fin a los problemas de Anna.

Anna Knight comenzó la obra médica misionera en Atlanta, Estados Unidos, e inició y supervisó la educación adventista para las personas de color. En una ocasión en que la iglesia necesitó misioneros en la India, Anna fue como voluntaria. En su vida, hizo el equivalente a veintitrés viajes alrededor del mundo, enseñando en escuelas e iglesias. El alcance de la influencia de Anna es incalculable.

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