Jueves 26 de Enero de 2023 | Matutina para Menores | Saraí

Jueves 26 de Enero de 2023 | Matutina para Menores | Saraí

Saraí

“Saraí no podía darle hijos a su esposo Abram, pero tenía una esclava egipcia que se llamaba Agar” (Génesis 16:1).

Muchas veces, cuando estamos impacientes, desesperados o frustrados y tomamos una decisión importante, nos equivocamos, y la situación termina peor que al principio. Esto les ocurrió a Saraí y a Abram. En ese momento tenían 75 y 85 años, respectivamente. Ambos se impacientaron y por un momento perdieron la fe. Aunque fue solo por un momento, la gravedad de su error iba a tener grandes consecuencias.

Observa los pasos de la desesperación: primero, la impaciencia; después, ella le dijo a Abram que Dios era el culpable de su situación (“mira, el Señor no me ha permitido tener hijos”, vers. 2); inmediatamente, ella le contó a su esposo su propio plan. La cierto es que cuando tenemos un plan que sabemos que a Dios no le gustará, no le pedimos consejo.

Abram reaccionó pasivamente y no rechazó la propuesta de su esposa. Cuando Agar supo que iba a tener un bebé, demostró su faceta muy humana, pues comenzó a mirar a Saraí con desprecio. ¿Cuál fue el resultado? Violencia en el hogar: acusaciones, reclamos… Saraí culpó a Abram del caos familiar (Gén. 16:5). Entonces, Abram puso a Agar en una situación muy vulnerable, pues la dejó en manos de Saraí: “Mira, tu esclava está en tus manos; haz con ella lo que mejor te parezca” (Gén. 16:6).

Abram obedeció a Saraí cuando ella le propuso que tomara a Agar como esposa; ahora, Saraí obedeció a Abram cuando él le dijo que hiciera con Agar lo que quisiera. A Saraí “se le pasó la mano” con la sierva. El versículo anterior termina así: “Saraí comenzó a maltratarla tanto, que Agar huyó”.

El origen del problema en el hogar fue la impaciencia, hacer planes sin consultar a Dios, y el resultado fue la violencia. Te evitarás muchos problemas en la vida si aprendes a confiar en Dios y a esperar en él.

Aprende de la experiencia de Abram y Saraí, y disfruta de cada etapa de la vida, sin adelantarte. El tiempo de Dios es perfecto.

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