Lo que no te destruye te hace fuerte
Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y se extendían, de modo que los egipcios llegaron a tenerles miedo. Éxodo 1:12, NVI.
Los hermanos de José se multiplicaron y llenaron la tierra de Egipto, de modo que el nuevo rey implementó estrategias con el fin de debilitar al creciente pueblo de Israel. Sin embargo, la persecución egipcia y las duras pruebas a las que fueron sometidos los hijos de Israel, lejos de derrumbarlos, los hicieron más vigorosos. El plan de Dios para su pueblo y para cada fiel cristiano no puede ser torcido, por más que el enemigo planee la destrucción.
Una anécdota popular relata que un cristiano confesó a Dios su deseo de obedecerle a cualquier costo. Dios le pidió que empujara la roca que estaba frente a su casa. El cristiano empezó con alegría y entusiasmo, pero los días pasaron sin ver ningún resultado aparente. El enemigo apareció para desanimarlo:
—¿Por qué tienes que empujar una roca que ni siquiera se mueve? ¡Qué pérdida de tiempo! ¿Estás seguro de que fue Dios quien te habló?
Día tras día el enemigo venía a debilitar al cristiano con sus críticas. Finalmente, el cristiano le reclamó a Dios:
—¿Por qué me has pedido que empuje esta roca si sabías que no se movería? He perdido mi tiempo.
A lo cual Dios pausadamente le contestó:
—¿Te pedí que movieras la roca? Solo te pedí que la empujaras. Mira cómo se fortalecieron los músculos de tus brazos y piernas. Mira cuán sano luce tu rostro. Tu cuerpo está más fuerte y robusto gracias a tu esfuerzo. Ahora yo hago mi parte: mover la roca.
Amiga, ¿te sientes abrumada por la carga que llevas? Recuerda que es tu experiencia la que te ha hecho la persona llena de fortaleza que hoy eres. Has desarrollado cualidades que, de no ser por la pesada carga, no te habrías dado cuenta de que las posees. No hay manera de convertirnos en vencedoras sin tribulaciones que vencer. Sigue confiando en Dios en los tiempos difíciles, entendiendo que aun las peores situaciones nos hacen personas más fuertes y mejores. Si el enemigo viene hoy a desanimarte, recuérdale que tu misión es solo empujar, Dios hará el resto: moverá la carga por ti.
Medita hoy en una experiencia específica de la cual saliste más fuerte y victoriosa.
Amén, si Dios solo me pide que empuje la piedra, el moverá la piedra con su poder. Gracias padre es tan bueno y solo nos pide lo que podemos hacer.