Lunes 09 de Mayo de 2022 | Matutina para Adolescentes | Tengo mis ojos puestos en ti

Tengo mis ojos puestos en ti

“El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión esclara, todo tu ser disfrutará de la luz” (Mateo 6:22, NVI).

¿Qué haríamos sin nuestros ojos? Ver es de vital importancia y, en muchos sentidos, es el más importante de nuestros sentidos. Claro que hay que poder oír. La música no sería lo mismo sin los oídos. Y hay que poder sentir. ¿Te imaginas no poder sentir el balón de baloncesto en tus manos, un beso en la mejilla o una tachuela en el pie? Y necesitas oler y saborear. Un licuado no sería lo mismo sin esos dos sentidos: fresco pero muy, muy aburrido.

Pero sin los ojos, bueno, la lista de cosas que no podrías hacer, al menos no muy bien, es larga. No podrías leer o escribir como lo hace la mayoría de las personas, ni estudiar usando los mismos libros de texto que tus compañeros, ni copiar lo que escriben los profesores en la pizarra. No podrías andar en bicicleta, ni participar de una carrera de obstáculos, ni ver una película, ni andar en patineta (skateboard), ni jugar voleibol o al fútbol. ¿Entiendes lo que digo?

Así que, una vez que pierdes los ojos, tu vida se acaba, ¿verdad? Pues no, no es así. Mucha gente sigue llevando una vida bastante normal sin la vista, bueno, excepto quizá manejar o usar un snowboard. Ciertamente pueden “ver” películas, leer e incluso tomar apuntes en clase si tienen el equipo adecuado.

Hubo un día en que las personas que habían perdido la vista solo podían soñar con tener la oportunidad de volver a ver. Los trasplantes de córnea y los trasplantes completos de ojos eran ideas de ciencia ficción, hasta el 9 de mayo de 1944. Ese día, se inauguró el primer banco de ojos de Norteamérica en el Hospital de Nueva York. Un banco de ojos es una organización que recibe ojos de personas que han fallecido recientemente, ya sea con el consentimiento del donante antes de morir o con el de sus familiares vivos. Los doctores ­Richard Paton y John McLean fueron los responsables de la creación del banco de ojos, y 21 hospitales locales de la zona de Nueva York comenzaron a enviar donaciones de ojos al banco.

¿Has pensado alguna vez en donar tus ojos a un banco de ojos si llega el momento en que ya no los necesitas? Piénsalo. Tus ojos podrían llevar la luz de la vista a alguien mucho después de que te hayas ido. Ese sería el mejor regalo y un hermoso legado.

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