Lunes 17 de Enero de 2022 | Matutina para Jóvenes | No lo que merecemos

Lunes 17 de Enero de 2022 | Matutina para Jóvenes | No lo que merecemos

No lo que merecemos

«Cuando yo los trate a ustedes, no de acuerdo con su mala conducta y peores acciones, sino haciendo honor a mi nombre, entonces reconocerán que yo soy el Señor». Ezequiel 20: 44

Muy temprano en la mañana, al terminar mi devocional. unos hombres tocaron la puerta. -Pastor, venga con nosotros. En el camino le diremos de qué se trata.

Una visita a esas horas de la mañana, bajo esos términos, en esa zona… definitivamente se trataba de algo peligroso. Obedecí y, cuando estuve listo, partí con ellos. En el trayecto me explicaron que me llevarían a un lugar en las montañas donde bautizaría a una persona, cuyo nombre no conocería y cuyo rostro tampoco vería. Solo tenía que bautizarlo y listo.

El primer día caminamos doce horas y llegamos a un caserío donde pasamos la noche. Comimos y luego dormimos. Al día siguiente lo mismo: caminamos doce horas y llegamos a un lugar donde comimos y pasamos la noche. Al otro día me levantaron y me llevaron a la orilla de un caudaloso río de aguas verdes. Me vendaron los ojos, entramos al agua y allí esperamos. Entonces llegó el misterioso candidato.

Cuando estaba a punto de orar, escuché a muchas personas salir de la selva. Uno de los hombres me dijo:

-Están armados y nos van a matar.

En ese instante pensé: «Si nos van a matar, este hombre debe morir bautizado». Hice la oración lo más rápido que pude. El caballero se sentó en las aguas, se inclinó hacia atrás, y las aguas del río lo cubrieron. Estaba bautizado.

Entonces tensé los músculos, esperando el impacto de las balas. Pasó un lapso que me pareció una eternidad, el hombre se incorporó, salió del agua y desapareció. Me quité la venda de los ojos y frente a mí había un grupo de personas armadas, todos llorando. Supe entonces que, de alguna manera, se habían enterado de que aquel hombre que había sembrado el terror en la zona y que había matado a muchas personas estaría allí y habían preparado una emboscada para matarlo. Solo que nunca imaginaron que lo encontrarían arrepentido de todos sus crímenes y dispuesto a entregar su vida a Cristo. Conmovidos, lo dejaron ir.

Aquel día Dios no permitió que ese señor fuese tratado como merecía, sino como lo necesitaba: con misericordia. Y @Dios manifiesta esa misma actitud hacia nosotros. Él te dice cada día: «Hoy paso por alto tus errores y tu pasado y te extiendo mi misericordia». ¿No son esas las mejores noticias?

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