Equipo vencedor
“Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono” (Apocalipsis 3:21, NVI).
La perseverancia es una virtud que debe reflejarse en la vida de un niño o niña cristiano. Es el elemento principal para obtener la victoria o el éxito en la vida. A su vez, la falta de ella, es la causa de muchas derrotas.
¿Qué es la perseverancia? Es la firmeza en tus decisiones y la constancia en las cosas que haces. Es dedicarte a realizar algo hasta terminarlo. Es continuar, seguir adelante sin detenerte hasta llegar al final, pase lo que pase.
Uno de los juegos más esperados de la noche en los campamentos de mi adolescencia era la “Conquista de la bandera”.
Es un juego sencillo y complejo a la vez. Toda el área del campamento se dividía en dos, y al fondo de cada campo se colocaban las banderas de cada equipo. Para poder ganar, había que capturar la bandera del equipo contrario. El primer equipo que conseguía sacar la bandera y llevarla a su campo sin ser capturado ganaba el juego. Este juego requería mucha paciencia, agilidad, pero sobre todo perseverancia.
Recuerdo que muchos se entusiasmaban y empezaban el juego; sin embargo, no todos lo terminaban. Algunos no tenían paciencia y se aburrían, a otros les faltaba agilidad y se cansaban, y otros simplemente no entendían el juego y lo abandonaban. Esta situación perjudicaba a los que con determinación y constancia se mantenían firmes hasta conquistar la bandera; pero, a pesar de eso, por su perseverancia podían lograr la victoria.
¿Abandonas lo que empiezas? Yo hace mucho que dejé de jugar este juego, pero en la vida real esta situación la enfrentamos todos los días y abandonar un proyecto definitivamente no es una opción si quieres ser un vencedor. Tú y yo tenemos la misión de proteger lo que Dios nos ha dado, y conquistar lo que el enemigo nos quiere quitar. Para eso debes estar dispuesto a perseverar. No hay victoria sin conquista, y no hay conquista sin perseverancia.
Hoy te animo a perseverar, porque muy pronto, Dios mismo te dará la verdadera victoria que durará por la eternidad: “Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono” (Apoc. 3:21). Él está buscando un equipo de vencedores, no para conquistar una bandera, sino para compartir su trono contigo. ¿Quieres formar parte del equipo vencedor? ¡Persevera!
Magaly