Lunes 23 de Mayo de 2022 | Matutina para Adultos | ¿Con quién compararemos a Dios?

¿Con quién compararemos a Dios?

“Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen; pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan” (Isaías 40:30, 31, RVC).

¿Con quién compararemos a Dios? ¿Puedes pensar en algo? Este es el Dios que mide las aguas y los cielos con la palma de su mano, y pesa con balanza los montes y las colinas (Isa. 40:12). El Dios que “extiende los cielos como una cortina, y los despliega como una tienda de campaña” (vers. 22); “que saca y cuenta su ejército de estrellas; a todas las llama por su nombre” (vers. 26).

¿Con quién lo compararemos? Él es el Dios que cuida de su rebaño, como un pastor; que en sus brazos, junto a su pecho, lleva a los corderos y guía con suavidad a las ovejas recién paridas (vers. 11). El Dios que “da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece” (vers. 29).

¿Con quién compararemos al Dios que gobierna con poder sobre los cielos y la Tierra, y que cuida de sus hijos con la misma ternura del pastor por sus ovejas? Si le preguntaras a Linda Wilson, ella te lo diría (“One percent”, Guidepost, octubre de 2013, pp. 44-48).

Era un martes, 12 de septiembre de 2006, cuando Linda recibió una llamada. Ella pensó que era Jim, su esposo, para felicitarla por su cumpleaños. Quien llamaba era una enfermera, para decirle que una camioneta había embestido de frente la motocicleta de su esposo.

Linda llegó al hospital a medianoche, justo cuando operaban a Jim para salvarle la vida. A eso de la una de la madrugada, el cirujano salió para dar un informe preliminar:

–Su esposo solo tiene el uno por ciento de posibilidades de sobrevivir –le dijo.

Cuando Linda comunicó a los familiares y los amigos estas malas nuevas, el pastor la consoló:

–Dios no está limitado por porcentajes, Linda. Debes confiar en él, ciento por ciento.

Uno por ciento de posibilidades de sobrevivir; ciento por ciento de fe para creer en el Dios de lo imposible. Después de once meses en el hospital y veinte operaciones, Jim sobrevivió. ¡Incluso caminó de nuevo! ¿Qué promesa de la Palabra sostuvo a Linda durante su dura prueba? Ella dice que fue Isaías 40:31:

“Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas”.

¿Con quién compararemos a Dios? ¿Verdad que no hay nadie como él?

Dios de maravillas, alabo tu nombre porque eres grande y poderoso, y porque no estás limitado por los porcentajes ni las estadísticas. Sobre todo, te alabo porque siendo el Soberano del universo, nunca te olvidas de mí.

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