Martes 13 de Diciembre de 2022 | Matutina para Adolescentes | La rehabilitación de Superman

La rehabilitación de Superman

“Jehová es mi pastor, nada me faltará. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo…” (Salmo 23:1, 4, RVR 95).

¿Alguna vez has deseado tener los poderes de Superman? ¿Qué tal una de sus habilidades supersónicas? ¿O quizá su fuerza? ¿O su habilidad para levantar cualquier objeto, sin importar lo pesado que sea: coches en la calle, aviones, vagones cisterna de ferrocarril? ¿Qué tal su visión láser de rayos X? Eso sería genial. Piensa que, cuando quisieras calentar un bocadillo a toda prisa, podrías simplemente aprovechar tus ojos láser. Pero ¿volar? ¡Eso sería lo mejor! Ir a cualquier sitio que quisieras, en cualquier momento, y llegar mucho más rápido. No más viajes largos ni embotellamientos. Y sí, todo eso estaría muy bien, pero incluso Superman no dura para siempre. En la vida real, sufrió una tragedia. Y esa vez no hubo regreso al castillo de hielo del Polo Norte. “Superman” había terminado su carrera de ayudar a la gente y llevar a los criminales ante la justicia.

En un fatídico día de mayo de 1995, Christopher Reeve, el actor que interpretó a Superman en la película de 1978 (y en sus tres secuelas) tuvo un accidente casi mortal mientras competía a caballo. Se cayó de cabeza, se quebró dos vértebras de la columna y quedó tetrapléjico. Fue una catástrofe como ninguna otra a la que se hubiera enfrentado en la vida real o en sus películas, y le cambió la vida para siempre. Afortunadamente, su esposa Dana era maravillosa, y lo consoló y acompañó durante los largos meses de rehabilitación que lo ayudaron a recuperar sus funciones vitales tanto como fuera posibles.

Fue un proceso doloroso pero, finalmente, el 13 de diciembre de ese año, Christopher Reeve fue dado de alta de la rehabilitación física y se le dijo que podía volver a su casa. Estaba listo para regresar a una vida sin sondas de alimentación ni sesiones de fisioterapia en la sala del hospital. Con su esposa, fundaron una organización sin fines de lucro para recaudar fondos destinados a la investigación de tratamientos para discapacidades. Y unos años más tarde, volvió a trabajar en la industria del cine. Tristemente, Christopher murió de insuficiencia cardíaca en 2004, con solo 52 años, tras ser tratado por una infección.

Si has pasado por algo remotamente parecido a lo que sufrió Christopher Reeve, sabes lo devastadora que puede ser la experiencia. ¡Es tan reconfortante saber que Jesús caminará por ese valle de sombras con nosotros! Cuando él está con nosotros, no hay por qué tener miedo.

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