¿Qué pedazo de pizza eliges?
“Revestíos de humildad en vuestro trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes” (1 Pedro 5:5).
La humildad es muy importante para Dios. Encontrar personas humildes no es tan fácil, menos con la forma de pensar que se tiene actualmente, donde hay que hacer valer los derechos, no dejar que nadie te “pase por encima”. Sin embargo, Jesús rompió totalmente algunas de estas teorías y nos dejó muchos ejemplos de humildad cuando estuvo en esta Tierra. ¿No sería genial conversar con Jesús y preguntarle qué opina él sobre cómo debiéramos actuar frente a las injusticias, los abusos y los maltratos que son tan comunes en este tiempo?
En Lucas 14:7 al 11 Jesús relata lo siguiente: “Al notar cómo los invitados escogían los lugares de honor en la mesa, les contó esta parábola: Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor, no sea que haya algún invitado más distinguido que tú. Si es así, el que los invitó a los dos vendrá y te dirá: ‘Cédele tu asiento a este hombre’. Entonces, avergonzado, tendrás que ocupar el último asiento. Más bien, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, pasa más adelante a un lugar mejor’. Así recibirás honor en presencia de todos los demás invitados. Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
Esto cambia totalmente nuestra manera de pensar y de actuar, en comparación con lo que nos enseña el mundo. De hecho, imagina que estás sentado con tu hermano en la mesa, y ponen frente a ustedes dos trozos de pizza, solo que un trozo es bien grande y el otro es pequeño. ¿Cuál eliges? Lo que normalmente vamos a querer todos es el pedazo más grande.
¿Cómo hacer entonces para pensar primero en los demás antes que en nosotros mismo? La única respuesta que puedo darte es que mientras más cerca estés de Jesús, más ores, más conocimiento tengas de su Palabra, de su vida y ejemplo, se irá haciendo más natural y fácil pensar primero en los demás. Esto es verdadera humildad. No viene en nuestro ADN, no es natural en nosotros. Es un fruto del Espíritu, que él da y tú eliges practicar cada día.
Nina