Viernes 24 de Marzo de 2023 | Matutina para Menores | Reverenciemos su Nombre

Reverenciemos su Nombre

“No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios, pues él no dejará sin castigo al que use mal su nombre” (Éxodo 20:7).

El tercer mandamiento destaca la importancia de la reverencia. Los nombres tienen gran valor en la Biblia. El nombre de las personas estaba relacionado con las cualidades que tenía la persona. Hablaba de su identidad y propósito.

El nombre de Dios nos habla de su santidad, su perfección y su amor por nosotros. Cuando Jesús vino a este mundo, su misión principal fue dar a conocer el nombre de Dios. Él mismo lo enfatizó con estas palabras que forman parte de una oración: “Les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado esté en ellos y yo en ellos” (Juan 17:26, RVR95).

En ese momento cuando oró, faltaban pocos días para que muriera en la cruz. Por eso Jesús dijo: “Lo daré a conocer aún”. ¿Cómo? Con la mayor evidencia del amor divino: su muerte y resurrección. Hoy su nombre nos une en la fe, nos une para adorarlo. Además nos da el privilegio de llevar su nombre, porque nos identifica como cristianos. Este es el gran desafío: llevar su nombre significa compartir sus cualidades de santidad, perfección y amor a Dios y al prójimo.

Usamos mal el nombre de Dios cuando no demostramos ese amor o cuando peleamos entre nosotros. Llamarnos cristianos es un privilegio y una responsabilidad. Es contradictorio llamarse así si no oramos, si no leemos la Biblia y si no nos gusta ir a la iglesia para adorarlo. Además, deshonramos su nombre cuando aparentamos que lo conocemos, pero nuestras acciones muestran lo contrario. No debemos mostrar al mundo un mensaje equivocado de lo que significa el nombre de Dios. ¡Qué importante es vivir como hijos de Dios, mostrando cómo es él!

Jesús cumplió su misión de decirnos cómo es Dios. Un día Felipe le pidió que le mostrara al Padre, y Jesús respondió: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan 14:9). Ser amigo de Jesús y estudiar su vida nos hará conocerlo mejor y reflejar sus cualidades. Así, demostraremos bien el nombre de Dios.

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