Volver al futuro
“Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar” (Prov. 3:5, 6, NTV).
El 21 de octubre de 2015 fue el día de “Volver al Futuro II”. En la famosa secuela estadounidense, el “Doc” Emmet Brown y Marty McFly viajan treinta años al futuro y aterrizan el 21 de octubre de 2015. Como homenaje a la saga, ese miércoles los cines en todas partes del mundo proyectaron la película. Antes de que comenzara, los espectadores se sorprendieron con un mensaje del Doc, que les recordaba que el futuro depende de nuestras decisiones de hoy.
A veces me pregunto qué sucedería si los personajes de la Biblia pudiesen viajar por el tiempo. Si pudiesen ver ese momento, aparentemente insignificante, que modificó por completo sus vidas. Tendemos a creer que las grandes decisiones son las únicas que nos marcan, pero las pequeñas son como una picadura de avispa: sorprendentemente poderosas. En el caso de Esaú, su futuro cambió completamente con un simple guiso de lentejas (Gén. 25:32).
Todos somos un poco como Esaú: impacientes y dispuestos a empeñar nuestro futuro por la satisfacción del hoy. La historia se repite. Lo único que cambia son las lentejas, las cosas por las que no queremos esperar. Puede ser una relación sentimental, una meta profesional, o inclusive una espiritual. Cualquier cosa que deseamos obtener, salteándonos el proceso y tomando un atajo, son nuestras lentejas.
Humeantes, con aroma a cebolla rehogada, nuestras lentejas nos llaman desde el plato con voces de sirena. Nos dicen que Dios se olvidó de nosotras. Nos dicen que somos las únicas esperando y que apostemos al hoy. En esos días de frío emocional, en los que un guiso de lentejas nos sentaría de maravillas, recordemos a Esaú y al Doc. El futuro depende de nuestras decisiones de hoy.
Te lo garantizo: como un bumerang: tu decisión de hoy va a aterrizar en tu mano. Tan solo unos años después, vas a “volver” a ese futuro y cosechar las consecuencias. Las vidas de Esaú y de Daniel (Dan. 1:8) fueron cambiadas por un simple plato de comida. Presta atención a las pequeñas decisiones de hoy; ellas cambiarán tu futuro.
Espíritu Santo, lléname de sabiduría y fidelidad para las pequeñas y las grandes decisiones de hoy. Que cada una me lleve más cerca de ti.
Gloria a DIOS por cada palabra y mensaje dejado
Amén
Gracias por el mensaje que hermoso saber que Dios nunca nos abandona cuando lo necesito llegan las estás lindas palabras creo que en este momento quiero tomar el atajo como Esaú pero gracias por recordarme que éso no es el mejor camino.. Dios los bendiga siempre en este proyecto tan grande que tienen
Amén 🙏♥️