Miedo en los enemigos
A partir de hoy, haré que los pueblos de toda la tierra sientan terror a causa de ustedes. Cuando oigan hablar de ustedes, temblarán de espanto y de miedo. Deuteronomio 2:25, NTV.
Cada vez más cerca de Canaán y cada vez más pruebas que enfrentar. Los israelitas debían cruzar el arroyo de Arnón y Moisés envió un mensaje amistoso a Sehón, rey de los amorreos, asegurándole que no tomarían nada gratis, que pagarían cuanto gastaran (Deuteronomio 2:28). La respuesta fue negativa: los ejércitos de los amorreos les saldrían al paso si intentaban pasar por allí. La habilidad guerrera de estos superaba sin medida a la de los agotados hebreos, pero Dios le aseguró a Moisés la victoria. Cuando estás del lado de Dios, el Guerrero divino lidera tus batallas y le pone fecha a cada victoria.
No importa cuán débil parezcas y cuán fuertes sean tus oponentes, no necesitas hacer uso de la fuerza ni tomar la justicia en tus manos. Dios se encargará de detener la maldad. El miedo y la angustia se apoderarán de ellos, y esto es suficiente, porque el miedo puede destruir más gente que una plaga. Una leyenda cuenta que un viajero, yendo de camino a Londres, se encontró con Miedo y Plaga, quienes le confesaron que harían una matanza de unas diez mil personas. El viajero le preguntó a Plaga si haría solo la matanza. Plaga contestó que solo mataría unos cuantos cientos, y Miedo se encargaría del resto.
Los administradores del condominio donde yo vivía estaban practicando la usura con las finanzas. Escribí cartas a los demás dueños y los puse al tanto del robo. Me reuní con varios vecinos, escuché sus quejas, y envié cartas al consejo directivo pidiendo la remoción de todos. La mayoría de los dueños no se atrevían a confrontar a la directiva porque no sabían hablar inglés o no eran residentes legales. Me ofrecí de intermediaria entre ellos y la directiva. Un día, el director de la junta me hizo muchas preguntas sobre mi experiencia trabajando a favor de las comunidades y de algunos programas televisivos que había dirigido. No sabía el porqué de sus preguntas ni pensé mucho mis respuestas. Una semana después, la administradora fue removida y no volvieron a aumentar la cuota de condominio durante muchos años. Dios colocó miedo en ellos, y se angustiaron con la idea de verse descubiertos públicamente.
Dios va delante de ti en cada batalla diaria, lo único que necesitas hacer es seguir sus instrucciones y confiar.