Virtudes de la mujer cristiana – I
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?” (Prov. 31:10, RVR 95).
¿Qué significa ser “virtuosas” a la manera de Dios? Esta pregunta es motivo de discusión en muchos foros de iglesia. Algunos centran las virtudes de la mujer en su aspecto externo, como la indumentaria o el arreglo personal; otros aseveran que las virtudes femeninas tienen que emanar del interior; es decir, de la manera de pensar expresada a través de los modales; y un tercer grupo apoya la idea de que ambos aspectos son vitales. ¿Qué opinas tú? ¿Cómo pones en práctica este concepto bíblico en tu vida?
Cuando Dios nos creó, a su imagen y semejanza, lo hizo con acentuada delicadeza; se proyectó no solo en lo interno sino también en las cualidades visibles o externas. La forma y la anatomía de nuestro cuerpo, así como la forma de relacionarnos con Dios y con los demás, son particularidades que difieren totalmente de las virtudes y cualidades masculinas. Esto quiere decir que las virtudes internas y externas que Dios puso bajo nuestro cuidado deben ser cultivadas y desarrolladas. El cuidado de la parte física es tan importante como el cuidado de la vida espiritual, emocional e intelectual.
Los lugares de ejercitación física están repletos de mujeres que buscan cuidar su cuerpo, y que han hecho de la hora de ir al gimnasio un culto a la imagen, descuidando otras facetas de la vida. Hacer lo uno en detrimento de lo otro no es el llamado del Evangelio. Nosotras, hijas de Dios, debemos cuidar la parte física de la vida, comiendo y bebiendo saludablemente y, por supuesto, ejercitándonos de manera regular, no necesariamente en un gimnasio, pero sí a través del trabajo productivo como el cuidado de un jardín o caminatas al aire libre. Pero está claro que no debemos descuidar la parte intelectual. A través del intelecto lo procesamos todo: desde nuestras creencias religiosas hasta nuestras relaciones personales y nuestros posicionamientos en la vida.
La modernidad, con sus deslumbrantes descubrimientos, nos ha llevado a una vida sedentaria. El uso excesivo de la televisión, las computadoras, los teléfonos celulares y los utensilios domésticos nos mantiene inactivas, a costa de nuestra salud. Las mujeres virtuosas luchan por mantenerse saludables, no solo para lucir atractivas, sino como una forma de gratitud a Dios por la vida que les ha prestado.
Júntate con tus hijas o amigas y disfruta de una caminata de oración, por lo menos una mañana.