¿El ladrón o el pastor?
«El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». Juan 10: 10, RV95
El ladrón busca el rebaño para hacerle daño: para robar, matar y destruirlo. No le importan las ovejas, por eso sus visitas son ocasionales; pero, cada vez que viene, los resultados son desastrosos. El que ama al rebaño es el pastor, es su rebaño y vive para él. Por eso lo cuidará para tratar de mantenerlo sano, protegido. Procurará que las ovejas vivan y tengan vida de calidad.
Ella era la secretaria de la iglesia y encargada de los materiales de los niños los sábados. Pero llevaba, al igual que su familia, una vida doble, basada en las apariencias. Habían descuidado su vida espiritual: no oraban, no estudiaban la Palabra, no hacían el culto familiar, no observaban el sábado y otras cosas «pequeñas». Había algunas diferencias en el grupo familiar, y muchas veces la ventilaban a los gritos. Un viernes ocurrió algo inesperado. En medio de una áspera discusión, esta joven fue poseída por un espíritu maligno. Cuando acudimos a la casa con el pastor titular para ayudar, encontramos un triste espectáculo. La joven estaba en el patio y escarbaba a una velocidad impresionante en la tierra como si fuera un perro. Una voz extraña salía de su boca denunciando todos los pecados de la familia y ridiculizando su fe.
Decía que era una bestia que moraba en la tierra y supuestamente escarbaba para marcharse a su morada. Gracias a Dios, en aquella oportunidad logramos ayudar a la joven que estaba siendo afectada por el demonio, pero no deja de llenarme de tristeza ver lo que Satanás hace una vez que toma el control de la vida de una persona.
Jesús, al contrario, ha venido para darnos vida abundante. Él desea tener una relación personal contigo y llevarte a nuevas alturas. Por eso, el mensaje de @Dios para ti hoy se encuentra en 1 Juan 5: 12: «El que tiene al Hijo de Dios, tiene también esta vida; pero el que no tiene al Hijo de Dios, no la tiene».
