Martes 28 de Junio de 2022 | Matutina para Mujeres | Por no esperar

Martes 28 de Junio de 2022 | Matutina para Mujeres | Por no esperar

Por no esperar

“En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán” (Isa. 40:31, NTV).

Donde vivo, los autobuses no pasan a menudo. El 320 y el 321, los autobuses que me llevan al centro, solo pasan cada media hora. Como caminar al centro lleva solo un poco más (45 minutos), muchas veces prefiero ir a pie antes que sentarme a esperar. ¡Esperar me pone muy nerviosa! Muchas veces, cuando voy caminando y estoy casi por llegar al centro, el autobús pasa zumbando por la calle a toda velocidad. Sé que, si hubiera esperado, estaría a bordo de ese autobús y llegaría más rápido a mi destino. Sin embargo, como detesto tanto esperar, me conformo con pensar que hice ejercicio físico. Algunas veces, sin embargo, por no esperar, tomamos decisiones que nos lastiman y que embargan nuestro futuro.

Esperar nos cuesta porque requiere paciencia y confianza. Esaú fue impaciente y vendió su primogenitura por no esperar para satisfacer su hambre. Sin embargo, a Abraham lo que le faltó fue confianza. Viendo que él y Sara habían envejecido, no pudo comprender cómo Dios les daría un hijo biológico. Paciencia y confianza: la espera demanda ambas cosas. La escritora cristiana Lysa TerKeurst, en It’s Not Supposed to Be This Way [No debería ser así], señala: “Confiar en Dios es confiar en su tiempo. Confiar en Dios es confiar en su camino. Dios me ama demasiado como para responder a mis oraciones en cualquier otro momento que no sea el correcto y de cualquier otra manera que no sea la correcta”. Honestamente, cuando comienzo a impacientarme y a sentirme tentada a tomar el asunto en mis manos, es porque me olvidé de esta verdad.

La Biblia dice que aun los jóvenes y los fuertes pueden desfallecer ante el peso de la espera (Isa. 40:29-31). Todos los que confían en sus propias fuerzas llegarán a un punto en el que dirán: “¡Ya no puedo más!” Sin embargo, los que dependen de Dios recibirán fuerzas para volar más alto, así como las águilas vuelan por encima de otras aves. Dios promete: “Los que confían en mí nunca serán avergonzados” (Isa. 49:23, NTV, énfasis agregado). No es una inversión frágil o peligrosa. Nuestra fe en él nunca será avergonzada.

Señor, tú prometiste renovar las fuerzas de los que están cansados de esperar. Yo estoy agotada de repetir la misma oración, mes tras mes y año tras año. Necesito que vivifiques mi paciencia y confianza en ti. Muéstrame hoy, una vez más y con claridad absoluta, que me amas demasiado como para ignorar mis oraciones. En el momento correcto, tú me darás lo que es mejor para mí.

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