Con la mirada en el futuro
«Finalmente le preguntó: «¿No tienes más hijos?”. «Falta el más pequeño, que es el que cuida el rebaño» respondió Jesé» (1 Samuel 16: 11).
¿QUIÉN QUIERES SER EN EL FUTURO? ¿DÓNDE QUIERES ESTAR? Según Peter Bregman (experto en liderazgo y escritor de varios libros sobre el tema), estas preguntas son esenciales para que podamos realmente productivos. Al fin y al cabo, la productividad no consiste en hacer mucho, sino en hacer aquello que te ayude a alcanzar tus sueños.
Normalmente, dedicamos gran parte de nuestro tiempo a atender lo que es urgente, pero si no comenzamos desde ahora a prepararnos para el futuro que deseamos tener, nunca alcanzaremos nuestros objetivos. Por ejemplo, si quieres hablar inglés con fluidez, tienes que reservar tiempo para practicar desde ahora. Si quieres ser un profesional de éxito, tienes que aprovechar las oportunidades del presente para poder alcanzar ese objetivo. Necesitas poner en acción hoy mismo a tu «yo» del futuro.
Cuando Dios envió a Samuel a ungir a David, no veía al David del presente (solo al pastor que cuidaba de las ovejas de su padre), sino al David del futuro: al gran rey de Israel. Dios no solo ve lo que somos hoy, con nuestros defectos y nuestros pecados, sino lo que podemos llegar a ser si nos dejamos guiar por él.
Sin embargo, para que Dios nos convierta en todo aquello que desea que seamos, debemos dejar que el Espíritu Santo nos transforme hoy mismo. ¿Te gustaría que así fuera?
Deja que Dios guíe tu vida, sé proactivo y toma buenas decisiones junto a Jesús. De ese modo, ¡tu futuro será increíble!