«Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Eclesiastés 3:1, RVR 1960).
¿Qué significa que «todo tiene su tiempo» según Eclesiastés 3:1, y cómo puede aplicarse a la vida de un adolescente?
María estaba a punto de graduarse de la escuela secundaria y estaba llena de emoción por lo que le deparaba el futuro. Sin embargo, también estaba llena de preocupaciones y ansiedad. No sabía qué carrera seguir o qué decisiones tomar en esta nueva etapa de su vida.
Un día, mientras caminaba por el parque, María encontró un versículo de la Biblia escrito en una placa junto a un hermoso reloj de sol: «Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo» (Eclesiastés 3:1).
Este versículo la hizo reflexionar. Comprendió que no tenía que apresurarse en tomar todas las decisiones importantes de su vida de inmediato, y que cada cosa tiene su momento adecuado. Así que, decidió relajarse y disfrutar del verano antes de tomar decisiones sobre su futuro académico.
Durante ese verano, María exploró sus intereses, conoció a nuevas personas y se dio cuenta de que tenía tiempo para descubrir lo que realmente le apasionaba. Al final del verano, decidió seguir una carrera que la llenaba de alegría y satisfacción.
A menudo, en la adolescencia, nos sentimos presionados para tomar decisiones importantes rápidamente, pero esta historia nos recuerda que está bien tomarnos un tiempo para explorar, descubrir nuestros intereses y encontrar nuestro camino en la vida.
En resumen, «todo tiene su tiempo» destaca la importancia de comprender que cada cosa tiene su momento adecuado, especialmente durante la adolescencia, cuando las decisiones importantes pueden parecernos abrumadoras. Debemos confiar en el proceso, explorar nuestras pasiones y recordar que todo tiene su tiempo en el plan divino.
Oración: Padre Dios, ayúdame a reconocer y aceptar que todo tiene su tiempo y a confiar en tu plan para mi vida. Amén.