
Propósito en medio de la adversidad
“Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset” (2 Samuel 4:4, RVR 1960).
Una de mis historias bíblicas favoritas es la de Mefi-boset, ese chico de 2 Samuel 4:4 que, aunque la vida le hizo una jugada complicada, encontró un propósito épico más allá de su tragedia. Esta no es la primera vez que la comparto en una matutina, pero es tan buena que tenía que repetirla.
En el último campamento de jóvenes en Guatemala conocí a Juan. Este jovencito me contó su historia, que me recordó mucho a Mefi-boset. Juan está en la secundaria, y enfrenta una discapacidad física que, para muchos, sería un bajón total. Pero el chico es admirable; no deja que eso le marque el paso.
Como Mefi-boset, Juan podría haberse quedado en el “¿por qué a mí?”, pero en vez de eso, ha sacado de su mochila de la vida unas ganas de superación que no creerías. Se enfoca en lo que puede hacer, no en lo que le cuesta. Y así como Mefi-boset tuvo una niñera que lo sacó del apuro, Juan tiene a su familia y amigos que le dan ánimo y lo ayudan a seguir adelante.
Este chico, con su historia, me encanta porque muestra que, para él, lo que muchos ven como una limitación es una manera de inspirar a otros. Muestra que, aunque la vida te haga un placaje, Dios te ha puesto en el campo de juego por algo más grande.
Así que, en la reflexión de hoy, te traigo de nuevo la historia de Mefi-boset, con una actualización, gracias a Juan. Nos recuerda que todos tenemos un propósito único, incluso cuando el camino está empinado. Y que, en serio, lo que nos hace únicos puede ser lo que le dé esperanza a otro.
¡Vamos, chicos! Que la historia de Juan sea la chispa para que cada uno de ustedes descubra y celebre su propia historia épica, incluso en medio de los caminos más empinados.
Oración: Te agradezco, Dios, por la historia de Mefi-boset, que me recuerda que, incluso en medio de la adversidad, tú tienes un propósito para mi vida.