Las grandes preguntas
“Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro” (Sal. 139:16, NTV).
Yo podría hacerle un millón de preguntas a Dios, pero tengo la sensación de que todas serían equivocadas. Me sentiría presuntuoso y, además, sería una pérdida de tiempo; como si un niño que aún no ha nacido reflexionara sobre por qué su mundo es tan oscuro y confinado, y no sabe nada de moda, arte, arquitectura o puestas de sol.
Si pudiera satisfacer mi curiosidad sobre una sola cosa (aunque seguramente las respuestas serían tan profundas que generarían más preguntas), le preguntaría a Dios: ¿Has hecho algo en mi vida que en medio de mi total ignorancia yo no haya podido siquiera notar? ¿Qué situaciones aparentemente inevitables han ayudado a desarrollar el plan que tienes para mi vida, mientras yo las consideré como simples cosas que pasan?
- Si pudieras hacer que Dios te contestara una pregunta, ¿cuál sería?
- A tu juicio, ¿qué es lo más difícil de ser cristiano?
- ¿Qué aspecto del cristianismo crees que la gente malinterpreta más?
- ¿Cuáles son las cosas que la gente entiende menos de Dios?