Dios te ama – parte 2
“El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo?” (Sal. 27:1).
Hasta la misma noche parecía contener el aliento. De pie en la oscuridad, con un arma contra la sien, Inés se atrevió a mirar al líder de la banda a los ojos.
–Aunque me mates –le dijo en voz baja–, es mi deber decirte que Jesús te ama y quiere cambiarte.
–Estás loca –le gritó él–. ¿Estoy a punto de matarte y sigues hablando?
Luego, lentamente bajó el arma.
–¿Cómo puede Jesús cambiar mi vida? –le preguntó a la chica–. ¿Qué puede él hacer por mí?
Entonces, el líder habló de nuevo.
–¿Qué debemos hacer para cambiar nuestras vidas?
–¿Qué estás haciendo, hombre? –preguntó extrañado uno de los maleantes–. ¿Qué te pasa? ¿No las vamos a matar?
–No puedo matar a estas chicas –respondió él–. Algo extraño pasa. No puedo explicar lo que siento.
–Dios está en este lugar –le dijo Inés–. Estás sintiendo el amor de Dios.
Luego, las chicas recorrieron el grupo, presentándose por su nombre.
–Dios está en este lugar –repitió Inés–. Jesús te está llamando a seguirlo.
Todo este tiempo había estado aferrada a su Biblia, pero lo siguiente que hizo fue ofrecérsela al líder. Lentamente, con cuidado, él la tomó.
–Gracias –susurró.
–¿Olvidaste que vinimos a matar a estas chicas? –exigió uno de ellos.
–Jesús también quiere darte a ti una nueva vida –le dijo Inés al que había hablado.
–¡Estás loca! –le respondió, e inmediatamente le dio una bofetada.
–No, no –respondió Inés–. Jesús te ama. Él te ama independientemente de lo que hagas, aunque ni siquiera lo creas.
–Quizás esto los ayude a entender el propósito de Dios para ustedes –dijo Damaris, entregándoles a todos algunas revistas que llevaban–. Dios los bendiga. Ahora nos vamos.
Continuará…