
Confianza total en Dios
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1, RVR 1960).
Leer el Salmo 27:1 es como si de repente encendieras la luz de tu teléfono en medio de la noche. Esa sensación de que “todo está bajo control” es lo que el versículo ofrece. Dice que no hay razón para preocuparte, porque tienes la mejor defensa: Dios, tu luz, tu superhéroe personal y tu escudo contra todo. Ahora imagínate como un explorador que está en una misión nocturna y, de pronto, ¡zas!, activas la visión nocturna. Ahí está Dios, iluminando cada paso que das, sin importar cuán épica sea la sombra que te acecha. Con esa luz puedes sortear cualquier obstáculo, como el profesional que eres.
Dios es tu salvación en ese momento épico, de película, ese empujón en el instante justo que te dice que no es el final del juego mientras él esté en tu equipo. No importa la trampa o el desafío final que enfrentes, tienes el mejor respaldo del universo. Y en cuanto a estar protegido, Dios es la combinación perfecta de armadura y escudo; él te da la tranquilidad de que, pase lo que pase, tienes su cobertura total. Él es tu aliado invencible.
¿Pero cómo aplicas todo esto a tu vida? Bueno, aquí van algunas tácticas:
Conéctate con la Luz: No solo uses tu teléfono para memes. Úsalo para hablar con Dios, como cuando chateas con tus amigos. Cuando leas la Biblia, déjate sorprender por las respuestas que encuentras, como si estuvieras descubriendo premios en tu juego favorito.
Confía en el rescate de Dios: Cuando sientas que el nivel se pone duro, recuerda que Dios es tu jugador estrella. Él siempre está listo para darte una mano y llevarte a la victoria.
Descansa con la protección de Dios: En esos días en que sientes que todo te ataca, recuerda que tu protección está al cien por ciento. Puedes estar tranquilo porque Dios te tiene cubierto, sin importar lo que venga.
Piénsalo así: el Salmo 27:1 es el lema para tu vida, es un recordatorio de que puedes vivir plenamente, sin miedo, con el Creador del juego a tu lado. Así que adelante, juega esta partida con toda la confianza, porque con Dios siempre estás en modo invencible.
Oración: Querido Dios, en momentos de oscuridad o dificultad confío en tu guía y cuidado.