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«Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor» (Colosenses
3:23, 24).
Exploremos un pasaje de la Biblia que nos muestra cómo debemos abordar nuestras responsabilidades diarias. En Colosenses 3:23 y 24 se nos recuerda que todo lo que hacemos lo hacemos para el Señor. Esto significa que debemos encarar nuestras tareas, estudios, amistades y actividades con un corazón comprometido en honrar a Dios.
Supón que estás en casa y tu mamá te pide que limpies tu habitación. Puedes verlo como una tarea aburrida y molesta o puedes verlo como una oportunidad para servir a Dios. Cuando limpias tu habitación con un corazón agradecido, estás demostrando obediencia y amor a tus padres, lo cual es un acto de servicio a Dios. Tu actitud y tu esfuerzo marcan la diferencia.
Aquí hay tres puntos clave que podemos aprender de Colosenses 3:23 y 24:
Trabajamos para Dios, no para los hombres. A veces nos sentimos presionados por lo que otros piensan de nosotros. Pero recuerda que la aprobación de Dios es lo que más importa. Cuando estudias, ayudas en casa o te esfuerzas en tus actividades, recuerda que lo haces para agradar a Dios, y eso debería motivarte a dar lo mejor de ti.
Recibimos la recompensa de Dios. El versículo dice también que recibirás una recompensa de Dios. Esto no significa necesariamente que recibirás recompensas materiales, sino que Dios ve y valora tus esfuerzos. La recompensa puede ser crecimiento espiritual, paz interior y una relación más cercana con él.
Servimos a Cristo. Cuando servimos a los demás y hacemos nuestras tareas con excelencia, estamos sirviendo a Cristo mismo. Imagina que Jesús está observando todo lo que haces, porque así es. Tu amor y tu obediencia deben ser tu principal motivación.
Recuerda que cada día es una oportunidad para vivir para Dios y dar lo mejor de ti en todo lo que hagas.
¡Que Colosenses 3:23 y 24 sea una guía constante en tu vida, para que puedas experimentar la alegría de servir a Cristo en todo momento!
Oración: Gracias, Dios, por recordarme a través de tu Palabra que todo lo que hago debe ser para honrarte. Ayúdame a ver cada tarea y responsabilidad como una oportunidad para servirte a ti y a los demás.
