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«Entonces vino el Señor, se paró y llamó como las otras veces: ‘¡Samuel, Samuel!’ Samuel respondió: ‘Habla, que tu siervo escucha’ » (1 Samuel 3:10).
La historia bíblica de Samuel es un testimonio de cómo un joven pudo discernir y obedecer la voz de Dios. En este libro devocional exploraremos la experiencia de Samuel cuando Dios lo llamó en la noche, y cómo respondió con humildad y disposición a escuchar. La historia de Samuel nos enseña la importancia de estar atentos a la voz de Dios y dispuestos a obedecer sus instrucciones.
Samuel era un joven que servía en el templo bajo la guía del sacerdote Eli. Una noche, mientras Samuel dormía, Dios lo llamó: «¡Samuel, Samuel!» Samuel respondió, pensando que era Eli quien lo llamaba; pero Eli
le dijo que no lo había llamado. Esto sucedió dos veces más. Finalmente, Eli se dio cuenta de que era el Señor quien llamaba a Samuel.
Eli instruyó a Samuel para que respondiera a Dios la siguiente vez que lo llamara, y que dijera: «Habla, porque tu siervo oye». Así lo hizo Samuel, y Dios le reveló un mensaje importante.
La historia de Samuel nos muestra cómo, incluso desde una edad temprana, podemos aprender a escuchar y obedecer la voz de Dios. También es un recordatorio de que Dios puede hablarnos en cualquier momento y en cualquier lugar. Los adolescentes a menudo enfrentan decisiones importantes y desafíos en su vida cotidiana. Al igual que Samuel, es esencial aprender a discernir la voz de Dios y estar dispuestos a obedecer sus instrucciones. Cuando escuchamos y obedecemos, podemos vivir de acuerdo con su voluntad.
Samuel nos desafía a escuchar la voz de Dios con disposición y obediencia. Sigamos el ejemplo de Samuel y respondemos cuando Dios nos llame: «Habla, porque tu siervo oye». La comunicación con Dios es fundamental. Cuando escuchamos y obedecemos su voz, podemos recibir su guía y su propósito. A menudo, su llamado puede ser suave y requerir atención, pero cuando respondemos con humildad y disposición experimentamos la belleza de la relación con él. Estar atentos a la voz de Dios nos permite crecer espiritualmente y vivir de acuerdo con su plan para nosotros.
Oración: Querido Dios, ayúdame a escuchar tu voz y a estar dispuesto a obedecer, al igual que Samuel.