Solamente Dios satisface
“¡Dios mío, tú eres mi Dios! Con ansias te busco, pues tengo sed de ti; mi ser entero te desea, cual tierra árida, sedienta, sin agua. […] Quedaré muy satisfecho, como el que disfruta de un banquete delicioso, y mis labios te alabarán con alegría” (Salmo 63:1, 5).
Él y ella. Mellizos. Pero, desafortunadamente, con un “terrible problema de visión”: ella no puede “ver” nada para ponerse en el armario lleno de ropa, y él no puede “ver” nada para comer en el refrigerador lleno.
¿Sabes qué es peor? El “pequeño problema” que tienen hace que estos hermanos estén tristes, molestos, quejándose todo el tiempo.
Observa el contraste entre la postura de estos adolescentes y la de David. Cuando escribió el Salmo 63, estaba en medio de un desierto. Incluso aquellos que nunca han estado en un lugar así pueden imaginar la realidad que se encuentra allí: nada más que arena. No hay comida, ni sombra ni descanso. ¡Y no hay agua! En otras palabras, estando en un lugar como este, es fácil quejarse y querer cualquier cosa, especialmente para beber. Pero todo lo que David quería era a Dios; solo él lo satisfaría.
¿Qué necesitas para ser feliz? ¿Un nuevo atuendo? ¿Dar un paseo con amigos? Cuántas veces buscamos la satisfacción de la vida en las cosas… Todo lo que realmente necesitamos es a Dios.
El resto hasta puede ser bueno, pero no es completamente satisfactorio. Solo Dios puede hacer esto.
UNA IDEA DE ORO
Si te estás sintiendo insatisfecho con algo hoy, lee la Biblia, habla con Dios y deja que él hable contigo; no necesariamente en ese orden.