¿Puedes con la verdad?
“Tengo mucho más que decirles, pero en este momento sería demasiado para ustedes” (Juan 16:12).
Pensamos que la conocemos, pero no es así. Si algunos apenas pueden deletrear la palabra “eternidad”, muchos menos tienen un vago concepto de ella. Podemos pensar que conocemos bien el evangelio y sus verdades más importantes, pero aún hay mucho que no conocemos.
La cruz era solo un par de vigas cruzadas en la que clavaban a alguien. Ladrones, rebeldes, terroristas y mártires murieron bajo este castigo. Y en la mayoría de las ocasiones, era un proceso que tomaba días, y no solo horas, como pensamos.
Cuando ves una obra en la que se representa la crucifixión, se trata solo de una imagen de la pasión interpretada por un actor con barba y sandalias. No es una representación fidedigna de la realidad.
No podemos imaginar el asombroso dolor de Jesús al llevar sobre sus hombros toda la maldad del mundo. Ni tú ni yo podríamos soportar algo así. Por no hablar de los golpes, de su travesía por la Vía Dolorosa y de la corona de espinas; estos fueron tan solo intentos patéticos de los hombres para menospreciar a Aquel que agonizaba con una preocupación mucho mayor en su mente, como asegurarse de que pudiéramos ser salvos.
Esta es la verdad: hoy podrías equivocarte o lastimar a alguien. Tal vez ni siquiera te des cuenta de que lo hiciste. Lo que haces a diario impacta de distintas maneras a los demás, causándoles incluso dolor. Y esto podrías volverlo a hacer más adelante. Ahora, suma todo el daño que has hecho durante tu vida pecaminosa. Piensa en los miles de días, los millones de minutos que has perdido debido a la miseria del pecado. Ahora, multiplica eso por todos los que han vivido en el mundo.
¿Lo logras captar? Imagina todo el peso del pecado e imagina que una mente humana tenga que procesarlo todo. ¿Te parece insoportable? Lo es. Pero todo esto lo atravesó nuestro Salvador mientras colgaba de aquella cruz y es esto lo que en realidad le quitó la vida en aquella tarde gris.
A veces me pregunto cómo podremos cantar alabanzas sobre su sacrificio en el cielo. ¿Será que cuando lleguemos a comprender la verdad sobre nuestra salvación, romperemos en alabanza como la única manera de expresar gratitud?
BP